La 88ª edición de los Oscar se acerca y todo experto en moda que se precie de serlo asegurará que aunque haya tropiezos y meteduras no serán tan antológicas como los de épocas pasadas. Demasiada hemeroteca para una gala ya vieja que hace que todo buen participante, por muy perdido que esté, se cubra las espaldas -y no el escote- para no entrar en la lista de los peor vestidos. Benditas décadas de los 70 y 80 que nos han dejado vestidos para el (mal) recuerdo:
Pamela Anderson ya estaba de capa caída y enseñar un pezón no entraba dentro de los planes morales americanos en 2001. A partir de ahí comenzó su caída en picado, por mucho que sólo se desvistiera para la post fiesta de los Oscar organizada por la revista Vanity Fair de la mano de la anonadada Liz Hurley.
¡Como si ella no se hubiera desvestido también para otras ocasiones!
Pero, mala hierba nunca muere y Pamela resurgió al mundo fashion -con otro desnudo- esta vez apoyada por la diseñadora Stella McCartney y para rechazar el maltrato animal.
Cualquier excusa es buena si se trata de (no) enseñar una teta. Ya más crecidita, con menos pecho y alguna que otra arruga aparece en escena su hijo Dylan Jagger Lee que desfilará para Yves Saint Laurent gracias a la confianza del polémico diseñador Hedi Slimane.
La que se lleva la palma por partida doble es otra diva excesiva. También con pocos centímetros de complicada tela. Todo cabe en el universo de Cher: drapeados, coronas de pinchos, transparencias. No sabemos que es más difícil de adivinar, si su última cirugía o el modelo con el que nos sorprenderá
Otra que no sabe o no quiere pasar desapercibida es Björk. Fuera el escrutinio de la moda la cantante puede presumir de ser la única en que un vestido de disfraces con un cisne le ha dado fama mundial. Y esperamos que la ultima. Para su recién estrenado trabajo tampoco quiere dejarnos indiferentes. Hay celebrities que han venido a este mundo para romper los esquemas, aunque sea protagonizando la lista de las peor vestidas. Ellen DeGeneres recurrió a él como gracia en 2014.
Junto con Cher, la asidua a esta debacle es Helena Bonham Carter. La ex mujer de Tim Burton ha vivido (y según dicen lo sige haceindo) durante años comunicada con su marido (y ahora ex) por un túnel que conecta su casa y la del padre de sus hijos. Posiblemente el genio de Tim no quería enfrentarse a la eterna pregunta de cada mañana: ¿Cariño, me queda bien este vestido?
Esta trágica enumeración estaría incompleta sin la visita de actrices nacionales. Han sido pocas las españolas que han acudido a los Oscar, pero Elsa Pataky no dejó el pabellón bien alto cuando lució tripa de embarazada en los Oscar de 2014. Su puesta de largo en Estados Unidos fue desmerecida por su inclusión en todas las listas de peor vestidas del país americano. Podemos entender que no quisiera ir con una túnica para tapar su feliz embarazo, pero el elástico-cuerda a modo faja debajo de la tripa sobra.
Otras viven de la ilusión. Sonia Monroy no fue a la Gala de los Oscar sino que se fotografió horas antes en la misma alfombra roja. Nos gusta que todo españolito se sienta orgulloso de la bandera, pero esto es llevarlo a sus últimas consecuencias.