Cristina de Borbón sabía que este jueves era su turno para declarar. Por eso ha escogido muy bien su look y ha llegado más arreglada que en las anteriores sesiones del juicio por el caso Nóos. Consciente también de las críticas que ha recibido hasta ahora por los caros complementos con los que acude al juicio, este jueves ha reciclado el armario y sólo ha estrenado pashmina de cuadros grises y una americana negra.
La Infanta ha vuelto a elegir los pantalones color camel con los que acudió a la sesión el pasado 12 de febrero. También los botines marrones de ante que se calzó el 11 de enero. Y por supuesto el bolso de Bottega Veneta de color gris, de 1.350 euros, que ya ha llevado en varias ocasiones. La ex duquesa de Palma quería dar imagen de austeridad y lo ha conseguido.
También su aspecto ha ido mejorando según pasaban los días. Este jueves llamaba poderosamente la atención su excesivo maquillaje si lo comparamos con el del día que arrancó el juicio. Cuando le tocó el turno de declarar, por la tarde, se la veía arreglada, pero la tristeza del momento, le quitó cualquier brillo.
Cuando terminó de declarar, se levantó llevándose consigo su botella de agua. Al llegar a su sitio, su marido le buscó la mirada pero ella la evitó.
Gracias a Miquel Roca, uno de los abogados que la asisten, sabemos que Cristina está más serena. "Ha salido como tenía que salir. Doña Cristina está ahora relajada, tranquila y satisfecha de haberse podido explicar", ha declarado el letrado a las puertas del juzgado.
La protagonista salió con paso firme y más lejos que de costumbre de su marido. Fue otro paseillo incómodo hasta el coche. "Sinvergüenzas, ladrones. Iñaki, sinvergüenza, cabrón", gritó un grupo de manifestantes que aguardaba a las puertas de la Escuela Balear de la Administración Pública en Palma de Mallorca, dónde se celebra el juicio.
Según hemos podido saber, la Infanta tiene previsto reincorporarse en breve a su trabajo como directora del Área Internacional de la Fundación La Caixa. Ahora sus quehaceres han menguado. Tal y como le ha dicho a la jueza, antes tenía un centenar de actos al año como miembro de la Casa Real. Las últimas semanas su única agenda y preocupación era esta sesión, que pasará a la historia de España.