Celeste Barber es una comediante australiana que cuelga en Instagram las instantáneas de su vida cotidiana. Su familia suele hacer de conejillo de Indias para burlarse de las fotografías con las que nos sorprenden los famosos en las redes sociales.
La humorista es sobre todo un chica normal que parodia la vida ideal y aparentemente sin problemas de las famosas que lucen siempre perfectas en las situaciones más rocambolescas. Su mensaje es claro: "Simplemente estoy girando el espejo hacia las celebrities. Me frustro cuando la gente dice que debería ser o actuar de cierta manera".
"La gente se lo toma muy en serio, tiene obsesión con las celebrities, los ricos y todo ese estilo de vida blogger. Las celebrities se piensan que hacen cosas normales. Kim Kardashian posa encima de un montón de tierra. ¿Quién hace eso en la vida real?”, comentó.
La fórmula funciona ya que ha conseguido medio millón de seguidores y subiendo. El espectador puede pensar que es la propia Celeste la mal parada, pero en un inmediato segundo vistazo se comprueba como Miranda Kerr o Kate Moss son las que quedan a la altura del betún ante sus absurdas poses.
Las famosas aparecen impecables en sus producidas fotos y Barber sin ataduras, se burla de esa situación.
Ella no tiene acceso a los maquilladores, asistentes y ropa regalada, pero humor no le falta.
La comediante, con un físico propio del común de los mortales, aclara la finalidad de sus mofas: "Quería demostrar lo ridículo que puede llegar a resultar para una persona ‘normal’ recrear algunas de estas fotos".
La revista People o la versión inglesa de Glamour han destacado su curioso trabajo. Sus textos añaden la guinda a la burla: "Nosotros subiendo a la piscina. Saca el lado sexy que llevas dentro", en la que la modelo Kate Upton muestra su exuberancia mientras los michelines de la humorista intentan salir de la piscina.
¿Se siente vulnerable cada vez que ve una foto de la perfecta celebrity de turno? Celeste Barber puede que no le haga mejor persona, pero al menos le arrancará una sonrisa ante el absurdo poder de los famosos en las redes.