Estocolmo estaba de moda este fin de semana. España es uno de los países con mayor número de fieles seguidores del Festival de Eurovisón. Cada año, un gran número de fans se desplaza hasta la ciudad anfitriona para seguir desde cerca esta fiesta de la música. Y este año el Festival ha contado con un eurofan especial: Javier Maroto.
El vicesecretario de acción sectorial del Partido Popular es un gran seguidor de este popular concurso musical a nivel europeo desde hace años. Este año, sin embargo, ha querido verlo a pie de pista y el pasado jueves se desplazó hasta Estocolmo para ver a Barei, representante española, muy de cerca.
Ajeno a todo lo que estaba ocurriendo en España, el vasco quiso olvidarse de su peor etapa política en tierras escandinavas. El viernes saltaba la noticia: Alfonso Alonso y Maroto, además de otros ocho ex concejales del Ayuntamiento de Vitoria, han sido condenados por el Tribunal de Cuentas al pago de 393.862 euros por el perjuicio ocasionado en las arcas de la capital alavesa en el caso San Antonio. El vicesecretario sectorial del PP se encontraba en Estocolmo cuando se conoció esta condena, tal y como ha aclarado un portavoz de Maroto a EL ESPAÑOL. Las redes sociales estallaron de comentarios y su apellido llegó a convertirse en trending topic.
Como eurofan ha disfrutado durante tres días de todos los actos del Festival. Su destino no sólo fue el Globen Arena donde este año se celebraba Eurovisión. A pesar del batacazo de la candidatura española, que cayó a un puesto 22 al final de la noche con su tema, Maroto no perdió la oportunidad de disfrutar de la gran fiesta que Eurovisión tenía preparada.
En tu fiesta me colé
Al finalizar la gala, el popular se desplazó hasta el Euroclub situado en el centro de la ciudad. Cada año, la ciudad anfitriona destina uno de sus centros de ocio a la fiesta nocturna donde las delegaciones de los diferentes países, la prensa y los fans pueden desconectar por unas horas del trabajo. Allí se coló Maroto. No pertenece a ninguna delegación y no estaba acreditado, pero el popular logró meter la cabeza en la fiesta.
Rodeado de un par de amigos y de su marido, el vicesecretario del PP se olvidaba de las polémicas que le señalaban en España y de las próximas elecciones generales al ritmo de música eurovisiva. Y es que en ese centro sólo suena música salida de este certamen musical. Con una bandera de Suecia en alto, el popular contoneó sus caderas y cantó los temas que allí sonaban.
Pero también tuvo tiempo para hacer nuevas amistades. Al político se le vio en actitud muy cariñosa con algunos de sus amigos y tuvo tiempo para estrechar lazos con otros amantes del Festival que se encontraban allí, manteniendo largas conversaciones de boca a oreja a las que obliga la música de una discoteca. No pasó desapercibido para algunos españoles, que se hicieron fotos con el político como si de una estrella mediática se tratara.
Alrededor de las 4:00 horas de la madrugada, desapareció. Después de unas cuantas horas de fiesta, Maroto y su grupo de amigos decidieron terminar la fiesta de Eurovisión en otra parte y adelantarse al cierre del local, que echó abajo el telón a las 5:00 horas. Como manda el reloj, la fiesta de Maroto comenzó de noche pero la luz que azota a la ciudad desde bien pronto hizo que el popular abandonase la fiesta cuando ya había comenzado a amanecer. Una buena forma de olvidar el batacazo de Barei y su propio encontronazo con la Justicia.