La expresidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina (56 años), ha obtenido por fin la nulidad matrimonial eclesiástica que solicitó el año pasado. Así, la expolítica tiene luz verde para poder contraer matrimonio con su actual pareja, Manuel Pizarro (64 años), consejero de El Corte Inglés. Fue el pasado mes de marzo cuando el tribunal eclesiástico, compuesto por tres jueces independientes, dictó una sentencia favorable a la que fuera alcaldesa de Pamplona durante 12 años.
Barcina alegó en abril de 2015 dos causas para disolver su matrimonio con el arquitecto cántabro José Virgilio Pucho Vallejo, de quien se separó en 2010 tras llevar 21 años casados. Sin embargo, la autoridad eclesiástica solo admitió una de las razones: la inmadurez de su marido. Durante el último año, distintos psicólogos han tratado de probar la supuesta alegación y en la actualidad, la nulidad matrimonial es un hecho.
Además, a lo largo de estos meses, se ha especulado en la capital navarra sobre la posibilidad de que la expolítica hubiera podido utilizar sus influencias para acelerar el proceso de nulidad y así cambiar su estado civil de forma exprés. Sin embargo, estos rumores son negados con rotundidad por fuentes del Arzobispado de Pamplona. "En Navarra nos esforzamos para que estas causas se liquiden en un año y no ha habido ningún trato de favor porque el proceso ha sido similar al de otras solicitudes", explica una fuente del Arzobispado conocedora de primera mano del trámite.
¿Campanas de boda?
Desde que Barcina solicitara la disolución de su matrimonio y dejara la primera línea de la política navarra, asegurando que quería más tiempo para su vida privada, mucho se ha hablado sobre una posible boda. Incluso en algunos círculos de Pamplona se extendió el falso rumor sobre un enlace secreto entre el expresidente de Endesa y la exalcaldesa de la capital foral. Un runrún que corrió como la pólvora hasta Madrid, donde también se elucubró con que la pareja había comprado un ático cerca del céntrico Paseo de la Castellana. Todos estos rumores fueron negados por los amigos de la pareja, quienes aseguraron que ella continuaría residiendo en Pamplona. Es allí donde vive su hijo Óscar, un niño boliviano que adoptó junto a su exmarido.
Sin embargo, en la actualidad ella vive a caballo entre Pamplona y Madrid. Desde que en octubre de 2015 fuera nombrada consejera independiente de Movistar+ viaja con frecuencia a la capital para atender a sus obligaciones profesionales. Además, siempre que el trabajo se lo permite, aprovecha para pasar tiempo junto a su hijo en Pamplona.
La actual situación profesional de ella unida a la obtención de la nulidad matrimonial deja vía libre a la pareja para casarse por la Iglesia. "Si se casan lo harán como todas las parejas, nada de bodas secretas", apunta un amigo de ella, que añade que por el momento no existe fecha para el enlace.
Por otro lado, Barcina no es la única que ha rehecho su vida tras su separación. Su exmarido Pucho, un conocido arquitecto, sale desde hace unos meses con una compañera de profesión que reside en México. Ambos se conocieron hace años en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, donde ella trabajó durante un tiempo como ayudante de un profesor, pero no ha sido hasta este año cuando ha comenzado su relación sentimental. Es por este motivo por el que el arquitecto cántabro viaja con frecuencia al país azteca y trata de cerrar nuevos proyectos con el fin de pasar más tiempo junto a su nueva novia.
Tormentoso divorcio y hermetismo en su nueva relación
Tras numerosos rumores de infidelidades por parte del arquitecto, Yolanda Barcina y Pucho Vallejo se divorciaron en 2010. El detonante de la ruptura fue la aparición de Pucho en un programa de Antena 3 mostrando la casa de 220 metros cuadrados que el matrimonio poseía en Santander y que estaba a la venta por dos millones de euros.
Fueron tiempos difíciles para Barcina. El Casco Viejo de Pamplona se cubrió de papeles que apuntaban a una posible relación extramatrimonial del santanderino con una castañera e incluso en la corrida más importante de los Sanfermines de 2010, presidida por ella, las peñas mostraron dos pancartas que rezaban "Barcina, toma castaña" y "Yolanda, ni me va ni me viene, pero se cuenta de tu marido y la castañera". A esta tormentosa situación sentimental, hay que sumar la situación que atravesaba políticamente: su labor al frente del Consistorio pamplonés era cuestionada. Sin embargo, la serenidad y la educación que ella ha mostrado en cada una de sus apariciones públicas, hicieron que afrontara todos estos problemas con entereza.
Un año más tarde, en las elecciones municipales y autonómicas de 2011, Barcina fue cabeza de lista de Unión del Pueblo Navarro (UPN), obtuvo 19 de los 50 escaños, y se convirtió en presidenta de la Comunidad foral al pactar con el Partido Socialista de Navarra (PSN). Tras enfrentarse a varios intentos de moción de censura, en 2015 decidió abandonar su carrera política.
Después de tres años soltera, centrada en su hijo y en su labor política, comenzó una relación sentimental con el expresidente de Endesa. Los rumores sobre el noviazgo comenzaron tras un desayuno informativo al que asistió Barcina en Madrid en invierno de 2014. El expolítico del PP fue el encargado de presentarla ante los asistentes y en aquel momento se destacó "la buena sintonía" que había entre ambos. Sin embargo, no fue hasta julio de ese mismo año cuando se pudo ver a la pareja disfrutando de unos refrescos en un chiringuito en una cala de Ibiza, cerca Cala Tarida, donde él posee una casa.
También en las navidades de 2014 se pudo ver a la pareja esquiando en el Pirineo aragonés, concretamente Formigal. Ellos argumentaron que había sido una coincidencia del destino, ya que él se encontraba disfrutando de este deporte en compañía de sus tres hijos, fruto de su relación con Adela Buñuel, su esposa fallecida en 2012. Esas mismas navidades ella confesó sonriendo que los Reyes Magos le habían traído unas "gafas de ventisca", pero no quiso decir quién se las había regalado.
El hermetismo con el que llevan la relación es tal que solo en una ocasión se les ha visto juntos públicamente. Fue el 7 de abril de 2015, cuando asistieron al funeral de Ana Cristina Placer, mujer de César Alierta. En la puerta de la iglesia de Santiago el Mayor de Zaragoza se vio a la pareja charlando después de la misa y tras haber mostrado sus condolencias al entonces presidente de Telefónica, amigo íntimo de Pizarro.