Sesenta y dos cañonazos retumbaron este viernes en la Torre de Londres y otros cuarenta y uno en Hyde Park para conmemorar el 90 cumpleaños de la Reina y mostrarle lealtad. Así empezaba una celebración que se extenderá a lo largo de todo el fin de semana. Este viernes se celebró una misa de acción de gracias en su honor en St Paul’s, la catedral de Londres, en una pomposa y soberbia ceremonia a la que asistieron miembros de la realeza, altos cargos de la iglesia y del ejército, políticos y diplomáticos y de los países de la Commonwealth (Isabel II sigue reinando en dieciséis naciones).
Los invitados llegaron de forma escalonada. Eran recibidos por la música celestial del órgano de la catedral tocado por William Harris, profesor de piano de la reina. El primer ministro David Cameron y su esposa Samantha se sentaron al lado del ministro de Economía, George Osborne. Unos asientos más allá en la banqueta estaba el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, y detrás suyo el recién elegido alcalde de Londres Sadiq Khan. Entre los asistentes también estaban los ex primeros ministros el laborista Tony Blair y le conservador John Major, que ayer comparecieron juntos para pedir el voto para seguir en Europa en el referéndum.
Estaban también los cuatro hijos de la Reina: el príncipe Carlos, que llegó acompañado por su esposa Camila, Duquesa de Cornualles, el príncipe Andrés, Duque de York, acompañado por sus dos hijas, las princesas Eugenia y Beatriz, y Eduardo y Ana. Los nietos de la Reina, los príncipes Enrique y Guillermo, éste acompañado por su esposa, la elegante Kate Middleton, fueron los últimos en llegar antes que la monarca.
Las campanas repicaron de forma ininterrumpida antes de la llegada de la Reina, que apareció con quince minutos de retraso respecto de la hora prevista. Las campanas callaron cuando el vehículo que transportaba a la Reina y a su marido, el príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, se detuvo enfrente de la escalinata de la catedral. La pareja, que lleva 68 años casada, celebraba también el 95 cumpleaños de Felipe. Isabel II fue recibida por una fanfarria de trompetas y los vítores de la multitud congregada en los aledaños de la catedral que agitaba cientos de banderas británicas de plástico.
La reina lucía un vestido amarillo con sombrero del mismo color. La recibió el alcalde de la City, el Lord Mayor, vestido con uniforme medieval y sujetando la espada de 15 centímetros que garantiza la autoridad de la Monarquía en la City de Londres, que funciona como una ciudad dentro de la ciudad de Londres. En lo alto de la escalinata estaban, formados, representantes de distintos regimientos emblemáticos del Ejército. En el interior la esperaban el decano de St Pauls, el obispo de Londres y el Arzobispo de Canterbury, líder de la Iglesia de Inglaterra, de la que la reina es la gobernadora suprema. También formaban alineados los sacerdotes del templo, a los que la monarca y su marido saludaron uno a uno antes de ser conducidos a la primera fila con el órgano resonando majestuosamente por las altas paredes del templo.
Justin Welby, el arzobispo de Canterbury, ofició la ceremonia. David Cameron leyó un pasaje de la Biblia y luego cantaron el himno King of glory, King of Peace con letra del poeta George Herbert, compuesto en 1633, y el coro y la orquesta interpretó el O clap your hands de Ralph Vaughn Williams (1920), épica con trompetas, platillos y tambores. Después fue el turno de seis individuos del pueblo que leyeron breves plegarias dedicadas a la Reina y que reflejaban diversas de sus facetas. Entre ellos, Clare Balding, en representación de la caballería de la reina —tres generaciones de su familia han cuidado de los caballos de la Reina—, Hilda Price, viuda galesa que nació el mismo día que la reina, y representantes del servicio doméstico, de la ley, del Ejército, de la Commonwealth.
Después el coro y la orquesta interpretaron el I Love All the Beauteous Things, con música de Judith Weir compuesta especialmente para la ocasión a partir del poema de Robert Bridges. David Attenborough leyó un relato del escritor de literatura infantil y creador del oso Paddington, Michael Bond, también presente. Ambos cumplieron 90 años este año. El relato que era una reflexión sobre el paso de los años. David Attenborough es el más importante científico naturalista británico, íntimo amigo del Duque de Embidurgo, con quien comparte afición por la Naturaleza. Uno de los momentos álgidos fue la interpretación al pianon del Burlesque de Arnold Bax por parte del prodigioso pianista inglés de 19 años Martin James Barlett. La ceremonia terminó con el ‘Lord for the years’, la bendición del Arzobuspo de Canterbry, y todos los presentes entonando el God Save The Queen, el himno inglés.
El Lord Mayor retiró la noble espada y lideró la procesión de salida por el pasillo central con la Reina flanqueada por su guardia personal, creada por Enrique VII en 1485 en la Batalla de Bosworth, la batalla final de la guerra de las Dos Rosas entre las casas de York y la de Lancaster que significó el principio de la dinastía Tudor. De nuevo el repicar de campanas en el exterior y los gritos de la multitud.
Este viernes también se publicó un retraso de la Reina y su marido, ambos vestidos con tonos rosados, de la célebre fotógrafa Anne Leibovitz. Desde 1748 que los monarcas británicos celebran sus cumpleaños dos veces, el día que nacieron y un sábado de junio coincidiendo con el buen tiempo. Isabel II lo celebró el 21 de abril con una cena íntima en Windsor y el mes pasado con un deslumbrante espectáculo en su honor con 900 caballos y conocidos cantantes y actores. Las celebraciones continuarán el sábado con el tradicional desfile del Estandarte y un desfile aéreo y con un picnic popular de 10.000 personas el domingo en The Mall, la avenida que lleva a Buckingham Palace. Por las calles de todo el país se organizarán fiestas populares a lo largo de este fin de semana.