Begoña Gómez (42) fue la única mujer (o pareja en el caso de Rivera) de los cuatro candidatos que se acudió al Palacio Municipal de Congreso de Madrid acompañando a su marido, Pedro Sánchez (44). Con decisión, gran sonrisa y casi siempre agarrada de la mano de su marido, la primera dama socialista estuvo en su papel y correcta en sus formas.
Parece que su actitud ha cambiado con la prensa y siente la necesidad de mostrarse junto a su marido como una pareja que aparenta triunfalismo y que están dispuestos a gobernar. Ya saben lo que dicen, quien no arriesga no gana aunque también se cumple otra máxima en este caso: ¿quién se lo va creer si tú mismo no lo haces?
Si Michelle Obama acudió a Cuba con una maleta repleta de trajes floreados, Begoña tomó este consejo en un traje que quería evidenciar el cambio de estación y de otro posible presidente. Había una gran diferencia: el vestido de Obama, de la marca Naeem Khan cuesta 4.000 euros, mientras que Begoña quiso predicar austeridad y se conformó con un Ted Baker de 118 euros.
Esta marca inglesa fundada por Ray Kelvin en 1988 en Glasgow (Reino Unido) tiene su base en Londres. El vestido que resaltaba la estilizada figura de Begoña cuesta 235 euros en temporada y 118 euros en rebajas. Probablemente lo adquirió en El Corte Inglés.
Como único complemento su anillo de casada entrelazado con otros dos y la pulsera del PSOE.
¿Por qué no se decantó por apoyar a algún diseñador español? Quizás para evitar las críticas de elegir a uno en detrimento de los demás. Es difícil contentar a todos, aunque en la variedad está el gusto.