Cádiz

La familia Ruiz Mateos se refugia en la que fue la última residencia del patriarca antes de fallecer el pasado 7 de septiembre: su finca de Vista Hermosa en el Puerto de Santa María (Cádiz). La muerte le llegó hace un año, cuando el empresario jerezano se enfrentaba a distintas acusaciones de fraude contra la hacienda pública, insolvencia punible y estafa. Causas por las que el juez ordenó su entrada en prisión y su posterior excarcelación por los graves problemas de salud que presentaba. Días después, ya en su residencia de verano, la situación se complicó con una caída de la que nunca se recuperaría. Falleció a los 84 años en el hospital de El Puerto de Santa María. Su legado, la mayoría embargado, se vio dilapidado por errores, malintencionados o no, de él o su círculo, lo que le granjeo una fama que algunos en su familia están dispuestos a limpiar.

Ruiz Mateos en el centro con sus seis hijos EFE

Los que intimaron con él aseguran que los últimos meses de vida los vivió contrariado. Los hijos varones, gestores del grupo empresarial de la familia, no le cogían el teléfono y aprovechaba cada ocasión para refugiarse en la casa de su hija Begoña, la única hija que se ha mantenido alejada de sus doce hermanos y de su madre, Teresa Rivero. Ella y su esposo, el italiano Antonio Biondini, han sido especialmente críticos con los Ruiz Mateos, a quienes acusan de dilapidar el legado familiar. "Denuncia a tus hermanos o lo vais a perder todo", llegó a decirle el patriarca a Begoña en una de sus visitas, en las que vociferaba clamando por la situación en la que se hallaba. "¡Voy a convocar una rueda de prensa para que se sepa todo!", imita hoy su yerno Biondini, que lamenta que su suegro se haya ido "como un ladrón".

Begoña Ruiz Mateos y su marido AntonioBiondini Instagram

En este año, pocas han sido los encuentros y llamadas entre Begoña y sus doce hermanos, que a excepción de los dos que se encuentran ingresados en la prisión de Navalcarnero, Álvaro y Javier, frecuentan la finca en la urbanización Vista Hermosa, donde veranea la viuda del empresario, la también empresaria Teresa Rivero. Sobre la finca, la última en la que vivió José María Ruiz Mateos, pesa una orden de embargo con prohibición de disponer de la Audiencia Nacional. Y a la viuda se le ve pasear con sus nietos por las inmediaciones de la zona, una de las más exclusivas de la costa gaditana.

La viuda Teresa Rivero esta semana entrando a la finca gaditana embargada Fernando Ruso

La casa, que ocupa los números ocho y diez de la calle Eduardo y Felipe Osborne, fue hipotecada, según aseguran miembros de la familia, por 600.000 euros por José María júnior antes de que el inmueble fuese embargado. La finca, que posee piscina y pista de tenis, ocupa la práctica totalidad de una manzana y en su interior hay, además de un orador, espacio para una quincena de residentes y el mismo número de personal se servicio.

Exterior de la finca familiar de los Ruiz Mateos en el Puerto de Santa María Fernando Ruso

Nadie en el entorno realiza declaraciones a EL ESPAÑOL, que ha hablado con Teresa Rivero, quien amablemente ha declinado la invitación a hablar de su esposo en el aniversario de su muerte. Del entorno Ruiz Mateos solo habla el yerno, Biondini, que explica cómo en su propósito por limpiar la imagen de su suegro, tanto su esposa Begoña y él van a hacerse con la casa en la que nació el patriarca y el abuelo de este. Un inmueble situado en Rota, su ciudad natal, que albergó el museo Ruiz Mateos y que cayó en el abandono y en las manos de un banco por, según detalla, la desidia de los hijos varones del empresario.

Fachada de la casa museo Ruiz Mateos en Rota (Cádiz)

Si todo sale como esperan, el matrimonio Biondini Ruiz-Mateos firmará las escrituras el próximo 7 de septiembre, fecha del aniversario del fallecimiento del patriarca, tras más de ocho meses de contactos para hacerse con el inmueble. Begoña se querelló contra seis de sus hermanos y en 2004 aceptó renunciar a cualquier cargo en el entramado empresarial a cambio de cuotas compensatorias que en la actualidad no están siendo satisfechas.

"Ahí se ve la diferencia entre los hermanos", confirma Biondini a EL ESPAÑOL. "No se puede comparar a quienes han hundido el patrimonio con quien lo quiere recomprar", añade. El romano, empresario que se mueve entre Italia, España y Estados Unidos con negocios inmobiliarios y financieros, culpa a sus cuñados de la caída del holding que durante más de cincuenta años levantó su suegro. También los culpa de abandonar el que fuera museo de la familia en la localidad natal del empresario.

El matrimonio, al igual que con la casa natal de Ruiz Mateos, advierte que no va a cejar en su empeño de limpiar el buen nombre del patriarca, "que sus hijos han usado para beneficio propio", critica el yerno. "Van de chulos y de sobrados cuando lo único que han hecho es sacarle el dinero a aquellos que confiaron en su padre y ahora le echan la culpa al muerto", afirma Biondini.

El malestar entre Begoña y sus doce hermanos es más que evidente a tenor del duro tono que su marido usa para referirse a ellos. Lenguaje áspero con el que narra algunos de los últimos encuentros. Según detalla, el testamento firmado en octubre de 2014 mandaba dividir su legado en partes iguales para los hermanos. Sin embargo, según su tesis, los varones se han encargado de gestionar el patrimonio sin dar explicaciones a sus hermanas.

Ante la insistencia de Begoña por conocer la situación de éstos, la respuesta fue que los varones Ruiz Mateos se han hecho autónomos para asesorar a familias alimenticias. "Les han puesto un Ferrari en la puerta y se han estrellado en la primera curva y ¿ahora van a dar lecciones?", ironiza Biondini. Su sorpresa fue mayor cuando su hermano José María le explicó que estaba dedicado de "lleno al tema de la lechuga, gracias al que ha podido sobrevivir" con su mujer y cinco hijos entre Aravaca y Sotogrande. O cómo Zoilo y Alfonso viven en sus casas de Aravaca e Isla de Guadalmina "a disposición de sus mujeres y recibiendo cien euros de cada uno de sus hermanos". "Es un insulto a la inteligencia", responde el yerno.

José María Ruiz-Mateos Rivero sobrevive de vender lechugas EFE

La paradójica situación por la que atraviesan, y que siembra dudas entre su hermana Begoña, ha hecho que los lazos entre los doce hermanos se vayan debilitando. "Su fuerza es la unión, pero se están resquebrajando", cuenta Biondini. "Y entonces se sabrá todo".

"Es difícil ir uno contra doce, pero tenemos la verdad de nuestra parte", añade el italiano, que sospecha que están ocultando el dinero al resto de la familia y a la propia justicia. "De todos los millones que han manejado, algo se han quedado. Solo queda saber dónde está", se pregunta.

Teresa Riveor no pierde el servicio a pesar de estar en la ruina Fernando Ruso

Lo que hasta el momento, según su tesis, no admite lugar a dudas es que "aquí hay una hija que no admite que los hermanos le echen la culpa al padre, porque él ya no puede defenderse". "Mi suegro tendrá parte de la culpa por fiarse de sus hijos y darle el mando cuando ellos no estaban preparados", expone. "José María Ruiz Mateos es historia de España y sus hijos no están a la altura de su padre", añade.

Víctima del Opus Dei

Biondini carga también contra el Opus Dei, a quien atribuye ser "el verdadero motor de la debacle de Rumasa". El italiano denuncia que tanto la expropiación de Rumasa como la caída de Nueva Rumasa fue una estrategia para ocultar los donativos millonarios que el empresario jerezano realizaba a la iglesia. "Si eso saliera se caería la iglesia católica", reconoce el yerno.

"En todos sus negocios siempre tuvo un socio oculto, el Opus Dei, también los Legionarios de Cristo", revela. "Y mi mujer –narra– ha vivido ese fundamentalismo católico que terminó por romper la familia". El italiano desvela que detrás de la apariencia de unidad que siempre rodeaba a la familia estaba una visión más descarnada. "El padre estaba enfrentado a sus hijos desde hace seis años y eso nunca trascendió a la opinión pública porque él siempre quiso dar una imagen familiar", concreta.

Ruiz Mateos reconoció que era supernumerario del Opus Dei

"Hay mucho fundamentalista en la familia Ruiz Mateos", confirma Biondini. "Mi mujer es la única que salió de ahí y le costó la relación con sus hermanos", añade. El yerno del empresario jerezano explica cómo muchos de los primos e inversores afines a la familia mantienen la relación con los herederos con el fin de cobrar lo que invirtieron cuando el dinero aparezca. "Algún día aparecerá, porque está ahí. Pero nadie va a cobrar ni un duro", zanja.

"Ellos han vivido, y viven, un delirio empresarial, y han mantenido el engaño a costa de echar a perder una trayectoria de más de cincuenta años", critica el italiano. "Pero ni yo ni mi mujer –concluye– vamos a dejar que Ruiz Mateos pase a la historia como un ladrón, no mientras que vivamos".

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