La Basílica de Jesús de Medinaceli ha acogido este martes a las 20 horas la misa funeral en memoria de Marco de Hohenlohe-Langenburg, duque de Medinaceli. El aristócrata dijo adiós con tan solo 54 años en un hospital de Sevilla tras tres días en coma, era nieto y heredero de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa. Tras la muerte de su abuela logró ostentar uno de los títulos más importantes de España.
No han faltado sus hijos, Victoria (19) -heredera del ducado Medinaceli- y Álex (17). Tampoco sus hermanos Flavia (52) – quien fue la encargada de anunciar el fallecimiento de Marco en sus redes sociales con una emotiva carta – y Pablo (53). Este último es muy amigo del rey Felipe VI (48 años), de ahí que el monarca haya querido estar presente en el último adiós su padre. El coche del Rey ha llegado a las 19:55 horas. Felipe vestido de traje azul marino, camisa blanca y corbata negra, tenía un gesto tranquilo y mantenía una leve sonrisa debida a la presencia de los hermanos del homenajeado esperándome en la puerta.
También han asistido Miriam Ungría, viuda de Kardam de Bulgaria; Ana Gamazo, sobrina de Alfonso Hohenlohe; Lita Trujillo, de la dinastía de los Trujillo o Eugenia Silva con su pareja Alfonso de Borbón y Yoldi.
La estrecha relación entre Pablo Hohenlohe y el rey de España, que han mantenido un abrazo de varios segundos nada más verse, viene de lejos. Felipe, siendo aún príncipe, fue testigo de la boda de Pablo con María del Prado en junio de 2012 en la casa propiedad de la familia del novio en Toledo. Entre las invitadas estaba una joven Isabel Sartorius (51), primer amor del rey, que pudo ver como el festejo postnupcial se convirtió en una cita muy especial cuando hacia la medianoche el todavía Príncipe de Asturias atravesó la pista de baile y se acercó a ella para invitarla a bailar el vals.
El rey Felipe VI no suele acudir a funerales privados como el que ha tenido lugar por el duque de Medinaceli salvo que se trate de seres muy cercanos a él o haya compartido grandes amistades con la familia. Y es que la unión entre los hermanos Hohenlohe y el monarca tiene años de sustento. Sobre todo, como mencionábamos, con el mediano de ellos, Pablo, que forma parte de su círculo íntimo de amigos y es uno con los que aún puede contar en confianza. También estuvo presente en el funeral del hijo del duque del Infantado, Íñigo de Arteaga del Alcázar, que falleció tras un accidente de avioneta en 2012, cuando aún Felipe no había tomado posesión de su reinado.
El 20 de agosto se celebró el funeral del duque de Medinaceli en Casa Pilatos, Sevilla, donde hacía su vida diaria. La saga Hohenlohe desciende del Rey Alfonso X el Sabio y la familia posee más de cinco decenas de títulos nobiliarios, muchos de ellos con más peso en la historia que los de los Duques de Alba.