En un divorcio no solo se acaba el amor de tanto usarlo, también las amistades, que se ven obligadas a elegir un bando. O eres de uno o eres de otro, la conciliación es imposible, salvo que uno sea más falso que un euro de madera. Así que, acabada la era 'Brangelina', es tiempo de tomar partido: Brad Pitt o Angelina Jolie. No vamos a acabar como ellos en Sr & Sra Smith, el taquillazo en que la pareja se demostraba el amor a tiro limpio.

De hecho, como en buena relación tóxica, cuando más se zurraban, más se entregaban a la pasión desenfrenada, destrozándose el bazo o el salón de casa, sin hacer distingos. Este festival de mamporros y testosterona/estrógenos confirmó el carácter ultracomercial de la pareja, capaces de atraer cada a uno su público y sumarlos en una recaudación estratosférica. No es que la película fuera un truño, lo cierto es que si uno desconecta el hipotálamo llega a entretener, pero era claramente un vehículo para su lucimiento personal –sobre todo físico– presentado en formato mascletá.

Puestos a elegir, aunque debamos reconocer el éxito de ambos en su faceta como megaestrellas de Hollywood, lo cierto es que ha sido Brad Pitt quien no solo la ha mostrado más capacidad para elegir papeles diferentes, también ha ido perfilando su carrera como actor por encima de la etiqueta de guaperas. Convertido en productor, sus últimos trabajos interpretativos muestran riesgo, aprendizaje, humildad… Y un talento innegable para producir buenas taquillas con películas de prestigio.

Pitt y Jolie en Mr and Mrs Smith

De hecho, Brad Pitt tiene el Oscar a la Mejor Película, 12 años de esclavitud, en la que apenas se reservó un papelito minúsculo, regalando el protagonismo a Michael Fassbender. Como productor, Pitt no tiene un pelo de tonto. De hecho, Plan B Entertainment (que –recordemos– fundó con –¡oh cielos!– Jennifer Aniston, tiene en su catálogo producciones como Charlie y la fábrica de chocolate, Infiltrados, El árbol de la vida o Guerra Mundial Z. Una curiosa mezcla de taquillazos y cine de autor.



Angelina tiene, sin embargo, un Oscar como actriz secundaria en Inocencia interrumpida, un drama psiquiátrico para el que se tiñó de rubia, se dejó de lavar el pelo y fruncía sus polémicos labios mientras fumaba como una descosida. Basada en hecho, garantía de éxito en las sobremesas de Antena 3, la cinta no aportaba nada nuevo al género de las "mujeres-problemáticas-encerradas-en-contra-de-su-voluntad.” Angelina, con todos los antecedentes personales y familiares, construía un personaje eficaz, lucido, capaz de "comerse" a Winona Ryder.

Curiosamente, Brad Pitt logró la nominación al Oscar también por un papel de desequilibrado en 12 monos. Cuando se es un sex symbol, la única manera de oler una estatuilla es dejándose la cara de guapo en casa. Que se lo digan a Charlize Theron. Como destrozarse tampoco formaba parte del guión de esta fantasía apocalíptica, el actor decidió entrenar todo tipo de tics y miradas de ido. Para lograrlo, visitó un psiquiátrico y trabajó con un especialista como coach. Quería que su personaje fuera lo suficientemente llamativo como para llamar la atención de los académicos. Fue nominado, pero la estatuilla fue a manos de –irónicamente– Kevin Spacey (por Sospechosos habituales), el hombre que le había destrozado la vida en Seven. El trabajo de Pitt es, ciertamente, más elaborado, complejo, meticuloso, que el de su señora, tal vez menos aparatosa porque la procesión iba por dentro. Del personaje, digo.

Repasemos. Comparemos. Elijo a Brad.



BRAD PITT

Nunca un culo llevó a nadie tan lejos. Bueno, sí, a Jennifer López. El desnudo de Brad Pitt en su debut, Thelma & Louise, causó impacto en las espectadoras, señoras que habrían arrancado los ojos a Geena Davis en lo que, con los años, sería el sueño de toda MILF: tirarse a un chulazo en un motel de carretera. Así terminaron años de papeles infames en películas infames, pruebas de castings y saldos para televisión.

Brad Pitt en Thelma y Louise

Por cierto, la actriz reconoció que la visión del actor sin ropa le hizo olvidarse de sus frases, lo que obligó a repetir alguna secuencias, algo poco habitual en Ridley Scott, famoso por la rapidez de sus rodajes. Brad, que solo cobró 6.000 dólares, estuvo a punto de perder el papel a manos de George Clooney. Años después, convertidos en estrellas, ambos también serían amigos y coprotagonistas de Ocean´s 11, una franquicia de atracadores de casinos de Las Vegas de impecable factura.

Entrevista con el vampiro

Pitt con Cruise en Entrevista con el Vampiro



El best seller de Anne Rice contaba con un reparto de campanillas: Tom Cruise, Antonio Banderas y Brad Pitt, todos en un catálogo de vampiros de revista homoerótica. Brad Pitt es Louis de Pointe de Lac, el que fuera hombre –ahora chupasangres– que lleva de cabeza a Tom Cruise durante dos siglos. Adelantándose a la estética mustia de los actuales vampiros actuales, la cinta no llega a general el morbo sanguíneo-carnal de la novela, dejando a Brad Pitt en un papel desdibujado de morritos y melena al viento.



Leyendas de pasión

Pitt en Leyendas de pasión

Este larguísimo spot de champú de camolila lo convirtió en carne de melodrama romántica. Su principal misión interpretativa constituía en sacudir la cabellera en un paisaje idílico de la América Profunda. Uno imagina a las espectadoras –y, qué demonios, también a espectadores– dejando a la lado las palomitas para agarrarse a la caja de pañuelos. Muchas miradas intensas, mucha contención y una interpretación ideal para forrar carpetas.

Seven

En este thriller, Gwyneth Paltrow perdía la cabeza por él. Bueno, sí, la perdía literalmente por culpa de Kevin Spacey –pero como hace ya 20 años no quiero ni una acusación de spoiler, hay que espabilar…– Tener de partenaire a Morgan Freeman y que no te coma en pantalla es ya bastante mérito, pero Brad Pitt lograba mucho más en la piel del detective David Mills, envuelto un inquietante juego con un psicópata fascinado por los pecados capitales. 

En Seven compartió reparto con Morgan Freeman

La relación del actor con el director, David Fincher, dio sus frutos en las mejores películas de su carrera:



El club de la lucha

Fue Fincher quien hizo que los estudios le dieran el papel, previsto para Russell Crowe. También fue el director quien decidió enfrentarle a Edward Norton, en lo que los críticos de la vieja escuela tildaría de "duelo interpretativo". Más allá de la dieta que le hizo ganar musculatura (además de, hemos de suponer, una ayuda anabólica, habitual de los cambios espectaculares de los cuerpos de las estrellas de Hollywood en películas de acción… Vamos, nos hay más que recordarme todo cubierto de aceite en Troya para saber a qué nos referimos), se luce en la pose de macarra liante capaz de arrastrar a cualquiera por el lado oscuro, desde los rings de los gimnasios de mala muerte a cualquier sórdido callejón.

El actor en el Club de la lucha

El curioso caso de Benjamin Butter



Con el soporte de un maquillaje y efectos especiales al servicio de un exquisito relato existencial en sentido inverso al de la vida (Pitt, en la piel de un hombre que va rejuveneciendo a medida que envejecen sus recuerdos), el actor dota de sentido y sensibilidad a un personaje creado por Scott Fitzgerald (adaptado al cine por Eric Roth). Se quedó a las puertas del Oscar.

Con su papel de Benjamin Button se quedó a las puertas del Oscar

Babel

El mexicano González Iñárritu bebe de las fuentes de los culebrones para dar un salto cualitativo en un relato de historias entrecruzadas que nadie soportar sin soltar una lágrima… Y quien dice una dice muchas, porque el juego dramático entre Brad Pitt y Cate Blanchett va directa al escudo emocional que todo espectador pueda lucir ante un dramón de estas características. Con barba y canas, voluntariamente envejecido, Brad Pitt saca el lado más tierno, destrozado, incluso hundido.

Malditos bastardos



A las órdenes de Quentin Tarantino, el actor saca el lado canalla en la piel de un teniente americano que monta su propio batallón para dar caza a nazis. El actor encara el reto como un juego, creando un personaje casi de cómic, histriónico, pasado de vuelta, con una carga paródica que le permite saltar en una carnicería sin perder un ápice de humor negro.

Próximo estreno. Allied

Es una superproducción de Robert Zemeckis con Marion Cotillard en un drama bélico de espías. Un oficial americano y una luchadora de la Resistencia unen sus corazones y su destino en una misión que puede cambiar el rumbo de la II Guerra Mundial.

Marion Cotillard y Pitt en el rodaje de Allied

ANGELINA JOLIE

EL COLECCIONISTA DE HUESOS



Posiblemente, aunque no lo sospechara en ese momento, este thriller policíaco con psicópata incluido la llevaría a conseguir posteriormente papeles de heroína. Angelina es una agente novata que logra convertirse en mano derecha de un detective, experto en crímenes de asesinos en serie, postrado en una cama tras un accidente. A Angelina no le tiembla el pulso frente a Denzel Washington, en aquel momento toda una estrella.

LARA CROFT



Empeñados en lavar la imagen de heteropatriarcado, Hollywood –más aún ese sector de los estudios entregados al cine de acción– apuesta por las kick ass girls: literalmente, tías que te parten el culo a patadas… Las nuevas heroínas ya no matan con venenos o susurrando palabras a los protas, no, para nada, ahora también entrenan artes marciales y matan a tutiplén. Lara Croft, una aventurera cazatesoros nacida en un videojuego, arrasó y dio paso a una franquicia en la que Angelina Jolie salta, corre, dispara, seduce…

Jolie en el papel de Lara Croft

Esa imagen de mujer fuerte y dotada para el exterminio le valió para protagonizar otras cintas mamporreras: Wanted, otra taquillera aventura de asesinos en serio que trabajan como mercernarios. Tuvo una secuela, infame, pero a Angelina no le vieron el pelo…

Salt, en la que da piel a una agente del FBI acusada (a ver, chicos, ¿hace falta decir que falsamente?) de ser una criminal. Así que ahí la tenemos disparando a diestro y siniestro para demostrar su inocencia.

EL INTERCAMBIO



Nada como dejarse dirigir por un maestro como Clint Eastwood para lograr el mejor trabajo de tu vida. Si, además, el personaje es una madre obsesionada con su hijo (el crío desaparece y, tiempo después, cuando es encontrado por el policía, ella lo rechaza con el convencimiento de que se trata de otro), miel sobre hojuelas: mucho sufrimiento, mucho dolor a flor de piel, ojos acuosos y viaje a los infiernos emocionales…

MALÉFICA

Angelina como Maléfica

Como ya sabemos que las chicas buenas van al cielo pero las malas van a todas partes, Angelina quiso dar rienda suelta a su lado en la piel de una de las peores villanas de la historia de Disney: el hada mala y envidiosa de La bella durmiente. Y aquí está ella, embutida en un disfraz de lujo, echando espumarajos y maleficios que la han convertido en musa del público gay.

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