Los prolegómenos del enlace entre Kiko Rivera e Irene Rosales ha estado marcado por las fuertes medidas de seguridad desplegadas en la finca Los Parrales, en Sanlúcar la Mayor. Más de cincuenta vigilantes se han repartido por todo el perímetro de la hacienda en la que se ha celebrado la boda del hijo varón de Isabel Pantoja. El férreo control ha sorprendido también a los invitados, que han sido cacheados en varios controles para evitar que accediesen al lugar con cámaras fotográficas o teléfonos móviles. Todo por preservar una exclusiva que, según apuntan varios medios, ronda los 250.000 euros.
La seguridad ha estado presente durante todo el día en la finca Los Parrales, situada a las afueras de Sanlúcar la Mayor, un pequeño pueblo cercano a Sevilla y a Castilleja de la Cuesta, residencia de Kiko Rivera y su ya esposa Irene Rosales. Pocos han sido testigos de la entrada a la hacienda de los novios y sus familiares directos, que accedían al hermético recinto al mediodía.
Allí han almorzado y allí han aguardado la llegada de los más de 325 invitados, que accedían a cuentagotas desde primera hora de la tarde. Alrededor de dos docenas de vigilantes de seguridad se han apostado a las puertas del reciento, repartiéndose a lo largo del camino de palmeras que conduce al interior de la finca. Allí han ido registrando todos y cada uno de los vehículos que accedían.
Tanto de los invitados al enlace como de los trabajadores que servirán el posterior ágape. Muchos de ellos incluso llegaban a portando su carné de identidad en la boca, para acelerar la entrada. Nadie podía acceder si no estaba en alguna de las listas de invitados. Lo que convertía Los Parrales en un espacio inexpugnable, también desde el aire, donde un dron ha sobrevolado la finca para evitar que alguien tomase imágenes desde el cielo. También para vigilar a la veintena de periodistas que compartía las zonas aledañas con igual número de curiosos.
Los registros han sido tan minuciosos que se han formado grandes colas para acceder al recinto, lo que dejaba expuestos a los invitados ante los objetivos de los periodistas y cotillas, que se pegaban como lapas a las ventanas de los coches. Así han podido ver a muchos de los que estaban invitados al evento. Desde los hermanos Rivera, Cayetano y Fran, –los más vitoreados– a Chabelita o varios de los amigos de la familia, como Raquel Bollo o los cantantes Andy y Lucas.