Emiliano Suárez Jr. (40) recibe a EL ESPAÑOL en su recién estrenada boutique de la Calle Serrano, 63 de Madrid. Un concepto de tienda diferente, dónde su diseño, su luz y su ubicación nos delatan que detrás hay 74 años de tradición artesanal y diseños únicos, que los convierte en los mejores joyeros del país. Eso no asustó a la tercera generación aunque Emiliano Jr. tardó en decidirse si continuar con la tradición familiar o dedicarse al mundo de la música.
Nació en Bilbao capital, aunque a los tres años se mudo a Getxo. Fue un niño mimado por sus problemas de asma. Estos le hacían pasar largas temporadas ingresado en el hospital alejado del colegio. Él se aprovechaba de la situación y pedía que le llevaran jamón jabugo, almejas a la marinera o merluza frita a diario de 'El Kirol', uno de sus restaurantes favoritos de Bilbao. Esta situación fue quizás la que más le unió a Lola, su madre. Le brillan los ojos cuando nos describe la relación entre ambos. "Es la que más me ha protegido. La persona que mejor me conoce y cuando no he estado bien, ella no esta bien. Conmigo tiene telepatía, me mira a los ojos y sabe como estoy. Aún hoy, se sigue preocupando y ocupando de mí. El vínculo con mi madre es muy fuerte", confiesa el joven joyero.
No fue buen estudiante pero si amante de las artes y las letras. "A mis profesores les sorprendía la madurez que tenía para mi edad. Mis aficiones eran la ópera, la lectura, el teatro…Me gustaba mucho escribir. Tenía unos cuadernos en los que hacía mis criticas de ópera. Ponía años, reparto, etc. Ahora los leo y me río”, recuerda.
¿Cuándo fue a la ópera por primera vez?
Con ocho años cuando llegué a Madrid y me acuerdo perfectamente era Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea en el teatro La Zarzuela, que era donde se hacía entonces la temporada de ópera antes que en el Teatro Real. Cantaba el tenor Jaume Aragall que era maravilloso y la soprano Renata Scotto.
¿Qué le pareció?
Inolvidable. Desde entonces volví a todos los conciertos. A mi tío le ofrecieron un palco a cambio de publicidad y como es un visionario, a parte de que le gustaba la ópera lo vio como una buena plataforma para darnos a conocer, la publicidad en los programas de mano, le interesó. Los palcos eran de seis y yo era un crío. Iban mis tíos y mis padres y no podían invitar a otra pareja porque tenía que ir yo. Entonces invitábamos a José María, un primo carnal y venía sin su mujer por hacernos el favor y que yo fuera. Me hice amigo del personal de sala. Aún hoy muchos trabajan allí y cuando voy con mis hijos recordamos anécdotas.
Tenía pánico escénico, eso me condicionó
Su madre fue la que le consiguió su primera profesora de canto, Josefina Arregui, una de las sopranos de los años 70 con la que estudió unos años. También estudié con Vicente Sardinero, Borja Mariño y Ramón Vargas. Pero con doce años conoció al tenor Suso Mariátegui y al pianista Edelmiro Arnaltes, a través de una compañera del colegio y ellos le invitaban a recitales y él a cenar a su casa. "Mis padres se sorprendían al verles. Eran unos intelectuales, que me triplicaban en edad y venían de haber vivido muchos años en Viena. Pero se forjó una eterna amistad que dura hasta hoy", explica. Suso fue quien le aconsejó que era mejor tenor que barítono y con él comenzó un nuevo entrenamiento siguiendo la técnica de Alfredo Kraus. "Llegaba hasta el Re natural y el Fa. Yo era talentoso pero no estudioso y me obligó a estudiar música. Tuve la oportunidad de conocerle y Kraus me escuchó en su casa y estudié con él. Yo lo pasaba fatal. Soy más tímido de lo que parece. Tenía pánico escénico, eso me condicionó”.
Su maestro Suso falleció hace seis años ¿imagino que fue un duro golpe?
Fue uno de los disgustos más grandes de mi vida.
Pero la familia le reclamaba para el negocio y comenzó hacer prácticas en Suárez. Lo primero que vendió fue un reloj. Tenía que aprovechar las horas de comer para ensayar en los bajos de la joyería. Hasta que un día tuvo que tomar una decisión. "Hablé con mis padres, con la almohada y mi maestro y decidí que no. No me atreví, no completé mi formación y dije vamos a por lo otro que me gusta que tenía que ver con el marketing y la comunicación. Me gustaba tanto o más que cantar”.
La gente que no me conoce, me juzga de forma equivocada
Estudió Publicidad y Relaciones Públicas. Hizo prácticas en Publicis y en la Liryc Opera of Chicago. Hoy es Director Estratégico de Marketing y Comunicación de Suárez y Aristocrazy. Es el único de la familia que tiene cargo en las dos empresas. "Mucha gente que no me conoce, me juzga de forma equivocada. Yo me levanto a las 7:30 horas todos los días, ahora ayudo a mi mujer con las niñas, desayunamos juntos, hago deporte todos los días, me cuido. También salgo y me lo paso bien pero la gente se queda con la parte frívola”, se lamenta.
Su motor diario son las más de 100 tiendas que tienen repartidas por todo el país entre las dos marcas y alrededor de 400 empleados. Esta orgulloso de Aristocrazy, la nueva gran marca de joyería accesible que cuenta ya con tienda en México, Miami o Portugal. Y por supuesto, con Suárez, el emblema de la casa. Ahora su estrategia de marketing esta basada en dar a conocer que son únicos en hacer lo que hacen. Para ello tienen una galería en dónde exponen cada mes, las colecciones más emblemáticas de la compañía, joyas de todas las celebrities que las han lucido, o de novias que han confiado en ellos. Luego el cliente puede visitar el showroom, dónde conocen el proceso de diseño y el atelier, que muestra en directo el proceso de creación de una joya de la mano de los diferentes equipos que trabajan en Suárez.
¿Considera un error haber prescindido de Isabel Preysler como imagen de Suárez?
Todas las empresas tienen sus ciclos y etapas. En Suárez hace unos años decidimos darle un cambio a la compañía y no hubiera podido ser posible sin Carlos Delso, el nuevo Director General. A mí se me pidió que hiciera un nuevo planteamiento estratégico. En ese cambio decidimos que no necesitábamos una imagen de marca y que ésta además, estaba muy asociada a la etapa anterior y prescindimos de ella. Pero la relación con Isabel Preysler siempre ha sido magnífica, tenemos un recuerdo extraordinario. Es una persona cercana, educada, muy profesional. Ahora estamos en otra dimensión en la que queremos apoyarnos más en la tradición, la familia, el saber hacer, los procesos artesanales, la compra personal de las materias primas. Esto lo hemos tenido apartado por lo que tocaba en ese momento que era tener mucho impacto publicitario, mucha presencia en medios. Yo creo que eso ya esta ahondado y que había que darle un giro y poner en valor quienes somos.
Mi tío es la cabeza pensante. Yo no tengo esa capacidad
Su tío Emiliano y su padre Benito son el referente para la tercera generación de joyeros. Emiliano Jr. lo tiene claro a la hora de definirles. “Mi tío es una persona única. Él es la cabeza pensante, el que tiene todo en la cabeza, la gestión financiera y general de la compañía, el que trabaja incesablemente desde que tiene 14 años hasta ahora que tiene 71 años. De sol a sol. No puede dar más ejemplo y tiene una capacidad intelectual brutal. Es muy complicado porque yo no tengo esa capacidad, él se cree que es fácil estar a ese nivel pero no es nada fácil y para él esto es su vida”, explica.
¿Se ve un día siendo su sucesor?
Yo no soy el sucesor de mi tío, él es único y esa capacidad que tiene él yo no la tengo. Yo soy consciente de mis limitaciones y sino le estaría haciendo un flaco favor a la empresa. Nosotros tenemos un director general en Súarez, que es Carlos Delso, y que tiene una capacidad extraordinaria y estoy aprendiendo mucho de él. Hay que ser realistas en esta vida. Yo tengo que seguir dando lo mejor de mi mismo en mi área, con una visión más madura”.
¿Y de su padre?
Mi padre desempeña la parte de diseño, fabricación, materia prima, eso al final tiene que ver con una parte mas creativa. Él tiene mucho gusto. Ha estado vinculado a la compra de materias primas, al diseño y a la fabricación. Tiene un carácter mas relajado, es muy anárquico, tiene ese punto de genio, que le hace hacer las cosas a su manera, no es nada cuadriculado. Se guía mucho por sus impulsos. Están más ligados mis hermanos, sobre todo Gabi (37) está 100% dedicado a Suárez y es Director de producto o Juan (31) mi hermano pequeño es Director creativo y de producto de Aristocrazy.
¿Se lleva bien con sus dos hermanos?
Sí, claro. Somos muy diferentes, dicen que Juan y yo tenemos más parecido físico y de carácter extrovertido. Ellos han sido muy responsables, no he tenido que ejercer de hermano mayor. Gabi yo creo que tiene una sensibilidad especial conmigo y se preocupa mucho por mí. Cuando no me ha visto bien, siempre ha estado cerca de mí.
Mezclar lo personal con lo profesional me ha perjudicado
¿Estar demasiado expuesto mediáticamente le ha perjudicado?
Yo he intentado hacer las cosas lo mejor posible y siempre pensando primero en la empresa y en mi familia. Pero es verdad que a veces se ha mezclado lo personal con lo profesional y eso no me gusta ni creo que sea positivo para la empresa, ni para mí. Es un problema que me ha perjudicado, disgustado a veces y me ha hecho sentir mal. Yo al final no he sabido manejarlo de la forma más adecuada y cuando sales con un personaje público o conocido parece que pagas un precio inevitablemente. Y tengo que reconocer que ese no es el mejor camino para mi profesionalmente. Pero hay que ser positivo y mirar hacia adelante.
Se que ha decidido no hablar más del terreno personal pero ¿cuáles han sido las mujeres de su vida?
Las tres mujeres más importantes de mi vida han sido; una inevitablemente es mi ex mujer Bárbara, con la que estuve 14 años y con la que tuve dos hijos que son maravillosos y que son el motor de mi vida y lo que más quiero en el mundo. Al principio tras el divorcio las cosas fueron convulsas pero con el tiempo las cosas se ponen en su sitio. Otra ha sido Jacqueline, porque creo que es una mujer que lo dio todo por mí e hizo que yo cambiara mi vida para siempre y me ayudó mucho. Tenemos caracteres muy diferentes y no pudo ser pero sin duda siempre va a tener un hueco en mi corazón y vamos a estar para lo que necesitemos. Y la mujer perfecta, por la que me he vuelto loco, Carola.
Carola tiene todo lo que necesito para ser feliz
¿Cómo es Carola?
Es la persona que siempre había soñado con conocer. Tiene todo lo que necesito para ser feliz. Es la alegría personificada, optimista, buena, que me cuida, que me quiere. Es una madre extraordinaria, curranta. Nadie le ha regalado nada, cero frívola, etc. Me hace reír todo el rato y esta feliz de estar conmigo en cualquier lado. Queremos estar juntos todo el rato, no le importa lo material y tiene unos valores muy importantes. Ha vivido muy intensamente su vida. Ahora estamos en nuestro mejor momento, nos hemos encontrado libres de cargas y me he enamorado locamente.
Y ¿se han casado o no?
Yo siempre digo que para mí sí. Llevamos un anillo ambos. Yo estoy casado, pero legalmente no. Carola tiene que tener ejecutada la sentencia de divorcio en España. La tiene en EEUU pero ahora tienen que validarla en España. Tiene su complejidad y su tiempo pero hasta que ella no lo tenga no podremos casarnos. Hicimos una ceremonia de compromiso íntima que se desvirtuó al final porque se filtraron cosas que no son ciertas. Pero nos quedamos con lo bueno.
¿Qué joya guarda con más cariño?
Unos gemelos y la botonadura que me regaló mi tío cuando cumplí 18 años y que no lo había estrenado hasta mi fiesta de 40 cumpleaños. Me parecía demasiado y no iba con mi estilo de soñador. Este año, me compre una camisa ad hoc.
¿Y que le dijo?
Se dio cuenta, pero él es menos de decir y más de observar.
¿Se da otra oportunidad Emiliano Jr.?
Tengo muy claro lo que no volvería hacer y ahora soy más feliz así que de la otra manera. Se dónde no quiero volver porque no pinto nada y sí se donde quiero estar, dónde estoy ahora. Y a partir de aquí, puedo construir y ser más ambicioso pero dónde estoy, estoy feliz. Tengo la paz interior que hacia tiempo que no tenía.