Georgina Rodríguez (21) ya ha pagado las consecuencias de ser la novia de Cristiano Ronaldo (31). Al parecer según ha podido saber EL ESPAÑOL, no le han renovado el contrato en la tienda de Gucci de la milla de oro madrileña, dónde trabajaba desde hace unos meses como dependienta. Los últimos quince días la puerta de la tienda ha sido un ir y venir de paparazzis, curiosos y como no del flamante novio Ronaldo, que ha ido varias veces a recoger a su novia en su Bugatti, de alrededor de 2 millones de euros.
La marca prefiere velar por la intimidad de sus clientes y ahora mismo los objetivos están todo el día a la caza y captura de una instantánea de la pareja.
Pero la fama tiene también un lado bueno. Georgina ha tardado horas en encontrar un nuevo trabajo. Ha cambiado la tienda de Gucci por el corner de Prada de El Corte Inglés de la Castellana, una firma con la que el delantero del Real Madrid tiene buena relación ya que es uno de sus mejores clientes. La nueva WAG no asciende de cargo aún, y seguirá siendo una dependienta rasa. Aseguran que es ella misma la que se ha empeñado en seguir trabajando y que no quiere que digan que vive del futbolista.
Georgina tiene veintiún años y reside en Madrid, aunque ha vivido gran parte de su vida en Jaca, Huesca. Su sueño siempre fue convertirse en una bailarina profesional y por eso desde muy pequeña comenzó a tomar clases de danza e incluso tuvo la oportunidad de formar parte del Joven Ballet del Pirineo debido a su buen hacer sobre las tablas. También ha ejercido de azafata y modelo en algunos eventos gracias a su cuerpo esculpido por el baile clásico.
La pareja se ha vuelto inseparable a pesar de que sólo llevan tres meses juntos. Asistían al concierto de Justin Bieber en el Palacio de los Deportes de Madrid, han viajado a París dónde disfrutaron de una divertida jornada en Eurodisney y Georgina disfrutó del partido del Real Madrid contra el Sporting de Gijón desde uno de los palcos y luego lo celebró con Cristiano y unos amigos en un restaurante de la capital. La cosa parece que va viento en popa.