El cocinero Dabiz Muñoz (37 años) y la marca Beefeater invitan a la presentación de la última locura del cocinero madrileño: una aplicación para gafas virtuales que supone el recorrido mental que ha hecho Muñoz para llegar a su nueva inspiración: la cocina líquida (es decir, sus cócteles). Un viaje a ratos terrorífico, a ratos mareante.
El lugar elegido es un manicomio (recreado), con enfermos mentales a los que no hay que tocar y alguno que otro a los que se puede preguntar. El cocinero advierte que su "coco está bien ahora" y que "a día de hoy, trabajo más que nunca pero controlo mi locura".
El responsable de DiverXO y de las experiencias StreetXO de Madrid y Londres no habla de quien pulula alrededor de su manicomio, su novia Cristina Pedroche, pero deja claro que ahora, "su ahora", es mucho mejor que "antes" a nivel mental.
En un segundo plano pero siempre pendiente de su chico, Cristina Pedroche probaba igualmente un corazón ensangrentado o un caldo 'cocteleado'. "Es que es más bueno él", se le oía decir a la presentadora entre locos, camisas de fuerza y luces amarillas.
Dabiz Muñoz sabe que es un creador incansable y una imagen, pero advierte que no se vende a cualquier precio. "Una marca de comida rápida llegó a ofrecerme mucho dinero, pero mucho dinero, por una colaboración y le dije que no. Porque no pega con nuestro estilo".
Muñoz quiere creatividad, vanguardia, libertad... palabras que salen de su boca cada dos por tres cuando habla de su trabajo y de su vida. "Cada día hago combinaciones malas pero la creatividad implica riesgo y esas no salen de nuestro círculo". Y por eso suda ideas para diseñar nuevos tragos rompedores por dentro y por fuera.
"Beefeater ha sido el mejor compañero de viaje porque han hecho todas las locuras que se nos ocurrían y no es fácil para una marca con esa historia seguirnos el ritmo". Por eso, lo último de Muñoz es sorber un corazón, beberse las nubes o tomarse Venecia de golpe en una copa de balón gigante, además de un caldo que no deja de ser un cóctel entre nieblas.
Este viaje virtual por Bangkok, Londres y Venecia, de donde el cocinero ha sacado sus últimas ideas para su nueva "cocina líquida" trata de celebrar la experiencia gastronómica del año pasado en el Palacio de Gaviria. Un éxito para ambas imágenes.
¿Qué será lo siguiente? Dabiz Muñoz dice que está todo el día dándole al coco, que "no encuentro el límite de nada" y que todo es "cuestión de sacrificio y de saber que en la balanza siempre hay un debe". Pero apuesta en la vida, como en el deporte, por la "sensación de triunfo personal que es mucho más satisfactoria en la vida, sobretodo cuando ves que tu versión de ti mismo hoy es mejor que tu versión de ayer".
¿El éxito social? "Eso es narcisismo".