Son cómodas, ergonómicas y, desde hace unos años, un complemento perfecto para ese look urbano y desenfadado que está tan de moda en Hollywood. Da igual si las Birkenstock se usan en invierno o en verano, con o sin calcetines y si no que se lo pregunten, por ejemplo, a Ashley Olsen (31 años), una auténtica embajadora de la marca.
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Pero ahora, no sólo quieren cuidar los pies por fuera, sino que Birkenstock ha querido transferir la legendaria comodidad de sus suelas a una línea de cuidado de pies y manos que ha llamado Birkenstock Natural Skin Care.
Esta línea apuesta por elementos completamente naturales por lo que no hay ni rastro de parabenos ni de agentes tensoactivos, silicona o parafina.
Su principal apuesta es por el corcho que ha marcado todos sus diseños de sandalias y cuyo extracto, el de alcornoque, es un agente único para el cuidado de pies y manos.
Fabricada íntegramente en Alemania, la línea se basa en esta materia prima que los científicos de la industria cosmética han descubierto recientemente como un gran agente antienvejecimiento.
El complejo multiactivo de componentes del alcornoque desarrollado a partir de su corteza reduce el enrojecimiento de la piel, estimula la propia producción de colágeno y actúa de forma efectiva contra los radicales libres.
Hasta el packaging recuerda a este elemento y el tapón que conserva la esencia de las cremas es también de corcho. La línea cuenta con una crema, un bálsamo para pies y un aceite para piernas y otra para manos y uñas.