El último año en la vida de Beatrice Borromeo (31 años) ha dado a la esposa de Pierre Casiraghi (28) una de cal y otra de arena. Si entró en la treintena estrenando vida de casada, tras una boda de ensueño con el hijo de Carolina de Mónaco (56), los siguientes meses estuvieron plagados de complicaciones para esta parte de la familia Grimaldi.
A los constantes rumores de infidelidad por parte de Casiraghi se sumaron, además, dos accidentes protagonizados por los recién casados. Mientras Borromeo se fracturó la pierna izquierda tras un choque automovilístico en Milán del que le costó varias recuperarse -llegó a tener que desplazarse en silla de ruedas y posteriormente con muletas-, su marido tuvo un accidente mientras participaba en una competición marítima. El suceso recordó inevitablemente al que, en 1990, costó la vida a su padre, Stéfano Casiraghi. Afortunadamente, el percance de Pierre quedó en un susto.
Por si fuera poco, las malas noticias no quedaron ahí. Beatriz Borromeo ha sufrido también la pérdida de su abuela, la condesa Marta Marzotto. Justo cuando se cumplía un año de su romántica boda con Pierre Casiraghi, en la que por cierto Marzotto disfrutó de lo lindo, la joven despedía así a su ser querido durante su funeral. "Son muchas, demasiadas cosas las que la abuela ha hecho por nosotros. Siempre fue extraordinariamente generosa", recordó Borromeo, que fue la encargada de anunciar la pérdida en sus redes sociales con un "Ciao nonita mía". De hecho, desde aquel día ha dejado huérfanos a sus seguidores, pues no ha compartido nada más.
Por todo ello, la nuera de Carolina de Mónaco confía en que los 31 años, que llegan este jueves, le traigan algo más de felicidad a una vida, la suya, que siempre ha tenido apariencia de cuento de hadas.