Los achaques de salud no entienden de condición social. Aquejan por igual a ricos y pobres, a aristócratas y pueblo llano. Y este fin de semana han hecho mella en la reina Silvia de Suecia (73 años).
Según informan los diarios Svensdam y Expressen, la esposa del rey Carlos Gustavo (70) comenzó a sufrir mareos el viernes por la noche, justo el día en el que celebraba su cumpleaños, para el que por cierto la Casa Real ha facilitado, como suele hacer con todos los miembros de la Familia Real, un canal a través de su web y de sus redes sociales para felicitar directamente a la reina.
La Casa Real informaba además de que, a priori, se trataba de un resfriado más agudo de lo normal que se le había complicado sobremanera con malestar general y vahídos, por lo que pronto se decidió el traslado de la royal al hospital de la Universidad Karolinska, en Solna.
Con ella acudió su hija pequeña, Magdalena de Suecia (34), que en todo momento se mostró muy pendiente de la evolución clínica de su progenitora.
Silvia de Suecia ingresó en el centro para someterse a varias pruebas médicas y descartar así cualquier otra dolencia. Así, ha permanecido todo el fin de semana en observación y su familia ha pasado con ella la significativa noche de Nochebuena.
Este domingo, tal y como informa la prensa sueca, el equipo médico valorará si la reina ha de continuar ingresada o puede volver a Drottningholm, donde le espera el resto de su familia.