La princesa Miriam Ungría (53 años) parece ver la luz al final de un túnel que ha durado más de siete años. En 2008 ella y su marido, Kardam de Bulgaría sufrían un fatídico accidente que dejaba a este último postrado en una cama con secuelas irreversibles, casi sin movilidad ni capacidad para comunicarse hasta mediados de 2015, fecha en la que finalmente falleció.
Las secuelas de Ungría no fueron, ni de lejos, tan graves, y pronto pudo recuperarse y sacar fuerzas de flaqueza para ocuparse de sus hijos y de los actos sociales que requirieron su presencia. Siguió manteniendo una excelente relación tanto con la Familia Real española como con la búlgara. Pero también con el resto de la realeza mundial.
Así lo han demostrado hace tan sólo unos días, cuando la princesa ha inaugurado su última exposición de joyas de la marca MDEU en la capital jordana, concretamente en la Galería Nacional de Bellas Artes. Hasta allí se desplazó para apoyarla la princesa Alia, primera esposa del príncipe Faisal y cuñada del rey Abdullah (54) y, por tanto, de Rania de Jordania (46).
Días antes hizo lo propio en Dubai ante el jeque Zayed bin Sultan, nieto del Emir de Abu Dhabi y presidente de Emiratos Árabes Unidos. Su paso por el lugar le permitió compartir una velada, además, con varias princesas europeas, tal y como ella misma se encargó de anunciar en sus cuentas virtuales.
De profesión, gemóloga
Ungría, que se casó con el primogénito del rey búlgaro cuando tenía 30 años, tiene dos hijos fruto de su matrimonio con Kardam que están estudiando en el extranjero.
Al principio trabajaba para distintas firmas de renombre. Tras mucho reflexionar, decidió embarcarse entonces al mundo empresarial y comenzó a crear sus diseños, sin descuidar a su marido, al que atendía a tiempo completo tras su accidente.
Fue hace más de dos años cuando dio al fin el salto y presentó su primera línea de joyas propia. Anillos, pendientes, colgantes y demás accesorios vieron la luz bajo el paraguas de su firma MDEU, primero con un pequeño córner en una conocida cadena de grandes almacenes.
Nunca ha dejado de diseñar, aunque fuera para otras firmas, que recurrían a ella para distintas campañas benéficas.
Al final, Ungría ha cumplido su sueño y ha podido recorrer el mundo con sus creaciones, gracias al sinfín de exposiciones que le han permitido enseñar a la realeza su amplia colección de joyas.
Apoyo de la realeza
La diseñadora nunca ha dejado de contar con el respaldo de las casas reales de media Europa, incluida la española. Ya en el funeral de su marido, los reyes eméritos y sus hijos corrieron a arropar a Ungría, al igual que parte de la Familia Real búlgara.
Ella ha hecho lo propio con su familia política. Cuando el rey Simeón (79) presentó sus memorias, allí estuvo ella. Del mismo modo, cuando su cuñada Carla Royo-Villanova ha presentado sus marcas de cosméticos y perfume, por ejemplo, Miriam Ungría ha acudido a apoyarla.