El padre de Miguel Bosé (60 años) fue el que transformó la vida de la modelo y la llevó a conocer mundo. Con tan solo 19 años, mientras ejercía de azafata de vuelo, Luis Miguel Dominguín se cruzó en su camino y el torero no dudó en invitarla a viajar junto a él. Ese 'viaje' duró más de dos años en los que la pareja se hizo inseparable y compartió mesa y conversación junto a los personajes más ilustres de la época como Picasso, Hemingway o Liz Taylor.
Noel De Souza, su nombre real, nació en Shangai en plena Nochebuena de 1929. Tras 86 años sin parar de trabajar y reivindicando la belleza multirracial en el mundo de la moda, la maniquí falleció el 18 de diciembre de 2016 en el hospital de Long Islang, en Estados Unidos. En su larga trayectoria profesional destaca principalmente el hecho de convertirse en la primera mujer oriental que acaparó portadas de las revistas de moda, y en su currículum amoroso, deja infinidad de anécdotas con sus ex parejas en las que no faltan los celos y los amantes a escondidas.
Su nombre artístico tiene un porqué. Y es que cuando la ocupación japonesa llegó a Shangai en 1941, la familia de Machado, que vivía con grandes lujos gracias a la riqueza lograda por su padre, un empresario de orígenes chino y portugués, tuvo que huir a Buenos Aires y allí, debido a sus rasgos asiáticos la apodaron 'China'.
Lejos de disgustarle, la modelo hizo de esa característica su sello personal y pudo darlo a conocer por medio mundo gracias, en parte, a ir de la mano del torero Dominguín. Precisamente junto a él vivió uno de sus peores momentos en el terreno sentimental por culpa de una de las bellezas del momento, "fue una pesadilla: la mujer más bella del mundo, Ava Gardner, persiguió a Luis Miguel. Y lo consiguió. Me costó mucho recuperarme del golpe".
Por aquel entonces aún no se había adentrado en el mundo de la moda, pero decidió dar el paso para dejar de lado su tropiezo con Dominguín. Así llegaron los años 60, que fueron su etapa dorada en la que se consagró como profesional en el ámbito de las modelos, los estilismos y las pasarelas. Además, conoció al actor Martin La Salle, se casó con él y se mudaron a Nueva York. Allí tuvo su gran oportunidad, ya que trabajó codo con codo con fotógrafos de la talla de Richard Avedon y pudo hacerse un hueco en la revista Harper's Bazaar.
La publicación contó con ella como editora del área de publicidad y para el vestuario de sesiones de moda y cine. Pero en vista de que esa labor no le llenaba del todo, decidió crear una tienda de delicatessen que más tarde convirtió en galería de arte. Era una mujer muy convencida de su talento y de la necesidad de concienciar al mundo de que la belleza puede estar en cualquier detalle y en multitud de rasgos raciales.
Con esta idea como bandera, se aventuró de nuevo en un cambio drástico en su vida y retomó la faceta de modelo nada menos que a los 81 años. Con esa edad fichó por IMG Models y firmas como Ray-Ban o Cole Haan no dudaron en contratarla para sus campañas publicitarias.
Hoy su estela persiste en cada portada que aparece una modelo distinta de la raza blanca, persiste en las fotografías que le hizo Dick Avedon y en los homenajes a su trabajo que recuerdan cada cierto tiempo las cabeceras de moda como Vogue o Vanity Fair.