Su historia de amor es como un cuento de hadas que culminaba con un final feliz hace tan sólo unos días. La belga Ingrid Sartiau (51 años) se convertía, el pasado 14 de marzo, en una mujer casada después de dar el sí, quiero a su pareja desde hace años, el también belga Thierry Morraye.
La relación de ambos se se fraguó lentamente. Ya en 1982 mantuvieron un breve pero intenso romance. Tanto les marcó que, pese a que ambos rehicieron su vida y se casaron con otras personas, tras sus divorcios retomaron el contacto y, por tanto, su idilio, que ha terminado en boda. "Durante muchos años tuve la esperanza silenciosa de volver con Thierry. Ahora soy la mujer más feliz del mundo", señalaba al poco tiempo de reencontrarse con su ya marido.
El enlace se llevaba a cabo hace apenas 15 días "en petit comité", tal y como ha reconocido la novia. En realidad, su idea es organizar, este verano, una celebración "a lo grande".
Sartiau quiere invitar a la fiesta al rey Juan Carlos (79), a quien reclama la paternidad desde hace años. El emérito no acudió a la discreta ceremonia, algo de lo que se lamenta la belga. "Es una pena que no estuviera. Me encantaría verle", confiesa en conversación con EL ESPAÑOL. De ahí que su intención sea hacerle llegar la invitación. Para ello, necesita contactar con él, algo que hasta el momento le ha resultado "muy difícil".
Lo más curioso de la boda ha sido, sin embargo, el destino de la luna de miel. La pareja ha querido pasar estos días en España, aunque no con la intención de encontrarse con el rey Juan Carlos. A quien sí han podido ver ha sido a la madre del novio, que reside en la localidad murciana de San Javier. La pareja, amante de nuestro país, ha disfrutado de unos días en La Manga del Mar Menor.
No es la primera vez que viajan a dicha zona mediterránea, aunque en otras ocasiones lo han hecho acompañados de alguno de sus respectivos hijos. Ingrid tiene dos de su anterior matrimonio con Jean Marie Marti: Guillaume (24) y Aude (22), la más asidua a los viajes de su madre y su recién estrenado marido. Thierry, por su parte, también está separado y tiene otros dos hijos fruto de su anterior relación.
A Sartiau y Morraye les gusta hacer turismo por la zona levantina. Cartagena y La Manga han sido los lugares elegidos por la pareja en sus otros periplos españoles.
Una vez que finalice su luna de miel por España, la belga retomará su trabajo y también su nueva afición: el diseño y elaboración de pequeñas esculturas realizadas con material de todo tipo y diversas formas, aunque lo que predominan son los animales, sobre todo los perros. La idea de Sartiau es convertir su pasión en su oficio y poder vender sus obras algún día.
Reclama la paternidad del rey emérito
Ingrid interpuso hace unos años una demanda de paternidad contra el padre de Felipe VI (49). Lo hizo casi al mismo tiempo que el catalán Albert Solà. La de este último no fue aceptada "por ser el primogénito del rey Juan Carlos", lo que podría haber traído muchos problemas a la Familia Real. La de Sartiau fue aceptada en un principio por el Tribunal Supremo, que finalmente daba carpetazo al asunto en la primavera de 2015. Sin embargo, la belga aún mantiene la esperanza de que el que ella considera su padre la reconozca algún día y pueda mantener un contacto con él.