Los celos nunca han sido un atributo destacado en la personalidad de la reina Isabel II de Inglaterra (90 años). Fue educada en la creencia de que lo importante en un matrimonio regio era la lealtad y no la fidelidad. Su marido, Felipe de Edimburgo (95), nunca le ha fallado en lo primero. La segunda virtud es otra cuestión.
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Como en el seno de otras muchas casas reales europeas en las que el matrimonio era en ocasiones un acuerdo político más que un asunto propiamente amoroso, el marido de la reina de Inglaterra ha gozado de cierta libertad a lo largo de las siete décadas que lleva al lado de la royal. Tanto es así, que prácticamente desde los inicios de su vida en común, eran célebres las juergas del duque en locales de striptease y cabarets de la ciudad.
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Seductor, atractivo, conquistador y con cierto aire de suficiencia, Felipe de Edimburgo nunca se ha sentido cómodo en su papel de mero consorte florero, relegado siempre a caminar dos pasos por detrás de su mujer. A sus amistades masculinas poco recomendables pronto se sumaron nombres de mujeres que, aunque muchos de ellos nunca pudieron probarse, comenzaron a engrosar una lista de presuntas infidelidades y escarceos amorosos por parte del duque hacia Isabel II.
Corinna vs Penny, dos amigas entrañables de alta alcurnia
Es el caso de Penélope Romsey (Penélope Meredith es su nombre real), más conocida como Lady Penny, considerada la amiga entrañable más importante de la vida de Felipe de Edimburgo. Se conocieron a mediados de los años 70 durante un partido de polo, afición que les une. Penny tenía entonces sólo 22 años, mientras que él superaba los 55. Por aquel entonces, ella mantenía una relación formal con Lord Brabourne, ahijado del propio Felipe y primo del príncipe Carlos (68). De hecho, fue una de las firmas defensoras de la relación de éste con Camilla Parker, llegando incluso a prestarles su propia casa.
Penny comparte con Corina Zu Sain-Wittgenstein (52) -la amiga entrañable del rey Juan Carlos (79)- su pertenencia a las familias aristócratas, las dos gracias a sus matrimonios. La alemana se casó en segundas nupcias con el aristócrata Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn (41), manteniendo su apellido tras el divorcio. Penny hizo lo propio con el primo y amigo del príncipe Carlos de Inglaterra.
A lo largo de estos años de amistad, Penny se ha convertido en la compañera habitual del duque en las carreras y en los eventos de equitación. La lealtad que le profesa Felipe de Edimburgo a su esposa es similar a la que le muestra a su amiga en momentos clave, como en 2014, cuando Lord Brabourne la abandonó y huyó a las Bahamas con otra mujer.
El nombre de Penélope Romsey es uno de los fijos de todo evento privado que se precie en el Palacio de Buckingham. Siempre es bienvenida cuando se trata de los Windsor. A la reina de Inglaterra parece no molestarle su presencia. "Que flirtee le viene bien a su edad para mantenerse joven y alegre" es su respuesta cuando alguien le pregunta si le molesta que su marido tenga amigas.
La relación entre los Windsor y Lady Penny es tan estrecha que el año pasado los royal acudieron al enlace de la hija de Penny, Alexandra. El príncipe de Gales, incluso, ejerció de padrino en la ceremonia, a la que tampoco faltaron Constantino de Grecia o su hermana, la reina Sofía (78).
Las amistades le duran a día de hoy. Hace tan sólo unas semanas, la reina compartía vehículo con la propia Lady Penny en el trayecto hacia la iglesia parroquial de Sandringham, tal y como se afanaron en asegurar los medios británicos, que también han caído en la tentación de señalar el talante seductor del duque de Edimburgo.
Otros 'affaires' del duque
También lo ha hecho un extenso documental que veía la luz el año pasado. El Canal 5 de la televisión británica sacó a la luz las supuestas relaciones de Felipe de Edimburgo con otras mujeres. Se le llegó a atribuir romances con Zsa Zsa Gabor, con la actriz Patricia Hodge (70) -conocida por su participación en la serie Downton Abbey-, con la estrella de musical Pat Kirkwood y con otros tantos nombres femeninos anónimos.