Como Emmanuel Macron (39 años), la reina Letizia (44) también se enamoró de su profesor. A día de hoy sólo el flamante nuevo presidente francés tiene a su lado a quien fuera su maestra, Brigitte (64), 24 años mayor que él y reconvertida en primera dama desde el pasado domingo. Por su parte, Alonso Guerrero (55), el otrora preceptor -y marido- de Letizia, siguió su camino tras su divorcio de la hoy reina. Se enamoró de nuevo, volvió a casarse -con una profesora llamada María del Carmen Astero- y siguió dando clases, esta vez en un instituto de Alcalá de Henares. El curso pasado, sin embargo, decidió dar un giro a su vida.
Fue en 2016 cuando se hizo con una plaza en la convocatoria de Concurso de Traslados.
Gracias a la puntuación que obtuvo, pudo mudarse profesionalmente al instituto de Secundaria Beatriz Galindo, ubicado en el madrileño barrio de Salamanca, el mismo en el que impartió clases de Literatura el poeta Gerardo Diego. El historiador Antonio Domínguez Ortiz también fue profesor del centro -existe una placa en la entrada que lo recuerda-.
En el instituto, Guerrero imparte la asignatura de Lengua y Literatura a bachillerato principalmente, aunque este año también se ha encargado de algunas de tercero de la ESO que se han desdoblado y requerían por tanto una mayor dotación de docentes. Además, es tutor de 2E de bachillerato. Su metodología, según ha podido saber EL ESPAÑOL, dista de las meras lecciones convencionales en la medida en la que lo permite su asignatura. A Guerrero le apasiona la literatura y por eso busca innovar continuamente y, lo que es más importante, inculcársela a sus alumnos.
"Suele leer poemas y a veces nos pone películas", explica a EL ESPAÑOL una de las avezadas estudiantes de tercero de la ESO a las que Alonso imparte clase este curso. "Es muy ameno, pero eso no quiere decir que no sea exigente en los exámenes", apunta otra compañera de Bachillerato. En estos momentos, es El Quijote el que protagoniza las clases que esta semana imparte Guerrero, tal y como ha podido saber este medio de fuentes educativas.
En general, y aunque apenas ha completado su primer curso en el centro de paredes rojizas de la zona alta de Madrid, Alonso Guerrero se ha granjeado una muy buena opinión entre sus pupilos. Un dato significativo que da muestra de la simpatía que despierta, al menos por el momento, es que los colegiales aún no se refieren a él con un mote, algo muy típico en estas etapas. "Todavía", bromea la misma alumna en conversación con EL ESPAÑOL.
Otra de las evidencias que le otorga su condición de docente novel en el instituto Beatriz Galindo es el hecho de que no todos los alumnos del centro conocen a Guerrero. Su discreción también ha tenido mucho que ver. "Nunca habla de su vida. Es muy serio y discreto. Sabemos que es escritor pero en sus clases ni siquiera nos habla de sus libros", apunta otro de sus alumnos de secundaria.
De hecho, hasta hace bien poco, los estudiantes que conocen de su existencia no supieron que detrás de su profesor se escondía el primer marido de la actual reina de España. "Fue un shock", comenta un alumno. Este significativo dato, una vez que se extiende entre los corrillos, provoca un radical cambio de actitud en algunos de los estudiantes. Afloran los nervios, el titubeo y las dudas sobre si seguir revelando información sobre el que consideran "un buen profesor al que se nota que le encantan los libros".
Si sus alumnos tuvieran que ponerle una pega a Guerrero ésta tendría que ver con el tipo de obras que les aconseja leer. "A mí me encantan los libros juveniles de Blue Jeans y de Federico Moccia, y así medio en broma se empeña en que los aparquemos. No le gustan y prefiere que leamos otras obras más serias y nos recomienda libros que para nosotros son un poco difíciles de leer", se lamenta otra de sus pupilas de secundaria.