La vida de Diana de Gales en Kensington no fue la esperada para una princesa. Su matrimonio con Carlos de Inglaterra (68 años) supuso desde el mismo 'sí, quiero' una depresión diaria que le llevó al extremo. La presencia inquebrantable de Camilla Parker-Bowles (69) en su mente y sobre todo, en la de su marido, consiguieron que la princesa tuviera varios episodios de intento de suicidio tras hundirse en la desesperación continua.
Todo comenzó a hacerse evidente dos días antes de su boda con el hijo de Isabel II (91). En los ensayos previos al enlace, la propia Camila observaba a los contrayentes cruzar el pasillo de la catedral. Esa mirada imperturbable de la tercera en discordia fue la culpable de que la noche antes de la ceremonia Diana se diera un atracón de comida junto a su hermana y decidiera vomitarlo todo obsesivamente. Así comenzó su trastorno de bulimia, tal y como atestiguan las cintas que grabó la propia Lady Di para dejar constancia de su sufrimiento en privado. Aunque parte de esas grabaciones se dieron a conocer en el libro del escritor inglés Andrew Morton Diana: su historia real (1992), el Daily Mail publica que se han revelado nuevos capítulos de esas grabaciones en las que se descubre no solo sus problemas de trastorno alimenticio, sino otros mayores por sus intentos de suicidio.
Esos vómitos fruto de la incertidumbre y el miedo se hicieron inevitables en su luna de miel. Se alojaron en el Castillo de Balmoral, durante el periodo de agosto a octubre, y fue allí cuando el estado de salud y de ánimo de la princesa empeoró de forma considerable. Tanto fue así que la trataron los mejores psicólogos y psiquiatras de Reino Unido, según cuenta en sus grabaciones, en las que afirma también que "le daban altas dosis de valium" para mantenerla tranquila y durmiendo. Mientras tanto, su marido continuaba su rutina con normalidad totalmente alejado de ella.
Por esas fechas todos evidenciaban el malestar de Diana y se lo hacían saber: "Se te notan los huesos", le decían. Su aspecto era insalubre y no tenía el apoyo de su esposo: "Estaba tan deprimida que intenté cortar mis venas con una navaja de afeitar". Ese trágico episodio ocurrió apenas unos días antes de enterarse de que estaba embarazada de su primogénito.
Su debilidad por la bulimia y la enfermedad unida a las grandes dosis de medicamentos que llevaba tomando durante semanas convertía la gestación en un embarazo de riesgo. A pesar de ello, al ver que su estado de ánimo no mejoraba, los médicos siguieron ofreciéndole pastillas, a lo que ella se negaba para no poner en peligro la vida de su futuro bebé.
Sin embargo, unos meses después, la depresión volvió a hacer mella en Lady Di. Los continuos desplantes de su marido, la falta de sueño y la presión mediática a la que estaba expuesta debido a que continuamente tenía que fingir estar viviendo un cuento de hadas que no era tal, decidió tirarse por las escales de palacio cuando estaba embarazada de cuatro meses de Guillermo de Inglaterra (34).
Así lo contaba la propia Diana, no ya mediante voz en una cinta, sino en un vídeo que se hizo público en 1993. En esas imágenes la que fuera princesa cuenta que Carlos la trató "como una loca", se mostró indiferente ante los continuos intentos de suicidio de su esposa y sólo le dijo "que dejara de llorar y se comportara como una mujer decente".