Rania de Jordania (47 años) nunca ha sido partidaria de ocultar a sus hijos. La mujer del rey Abdalá II (55) es, sin duda, una de las royals más activas y naturales tecnológicamente hablando y no duda en mostrar las distintas facetas privadas de sus vástagos a pesar del férreo control musulmán de los reinos hachemitas. Amante de las redes sociales, la monarca no es ni mucho menos la única de su familia que cuenta con perfiles propios en Twitter, Facebook o Instagram donde muestra a su pueblo su día a día así como momentos clave de su intimidad familiar. Su marido y algunos de sus cuatro hijos disponen igualmente de plataformas online en las que revelan hobbies ocultos hasta el momento para el gran público, una actitud que no prolifera sin embargo en otras casas reales.
Así ocurría hace tan sólo unos días. Rania mostraba sin tapujos una nueva faceta de dos de sus vástagos, Salma (16 años) y Hussein de Jordania (23). Ambos, equipados con un ukelele y una guitarra, aparecen en un vídeo de su orgullosa madre dejando clara una de sus pasiones: la música.
No es la única vez que la royal enseña algunos de los momentos más íntimos de su vida y de la de su familia. En otras ocasiones, las fotografías de cuando sus hijos eran pequeños, las muestras de cariño entre los hermanos o los actos oficiales a los que acuden Hussein, Imán (20), Salma y Hashem (12) pueblan los espacios virtuales de Rania, que combina sin pudor las instantáneas de su labor como reina con aquellas otras en las que ejerce de orgullosa madre.
Así, en el álbum familiar virtual de los reyes de Jordania y de sus vástagos tienen cabida imágenes de sus excursiones al campo, de sus momentos de distensión en los jardines de su residencia oficial y de algunos de los momentos más importantes de los cuatro hijos como la graduación de Hussein, quien en su propio perfil aprovecha para mostrar sus aficiones, entre las que se cuentan las armas, el fútbol y los viajes. En total, más de un millón de personas siguen día a día sus aventuras a través de las redes sociales. No son muchos si se les compara con los 3.700.000 que están pendientes de las publicaciones de su progenitora.
Lo cierto es que la actitud de Rania de Jordania contrasta con la de otras royals que son más reacias a mostrar distintos aspectos de su vida, ya sean actos de índole más público, actividades benéficas o momentos más íntimos con su familia. Es el caso de la reina Letizia (44), una consorte muy moderna en lo que a moda, tendencias, música y gastronomía se refiere, pero que huye de la innovación cuando se trata de las nuevas tecnologías. De sobra conocido es su afán por mantener a sus hijas fuera del oprimido ambiente institucional y mediático. Letizia prefiere que las dos pequeñas crezcan en un ambiente lo más normal y natural posible. Sin embargo, hoy en día esto va íntimamente relacionado con el uso de herramientas digitales tales como las redes sociales.
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Por el contrario, los miembros de otras casas reales siguen la estela de Rania y suelen mostrarse más cercanos en Internet. Es el caso de Mette Marit de Noruega (44), Marie Chantal Miller (48), Magdalena de Suecia (35), Federico (49) y Mary de Dinamarca (45) o las hijas de Estefanía de Mónaco (52), entre otras.