Ni siquiera como espectadora. Este año, Leonor (11 años) tampoco ha acudido a los premios Princesa de Asturias. Cierto es que aún dista de la edad a la que su padre pronunció su primer discurso en Oviedo, en el año 1981 con 13 años, pero tampoco acompañará a su abuela, la reina Sofía (78) como mera asistente. Habrá que esperar, por tanto, a que los reyes decidan cuál es el momento propicio para que su primogénita pronuncie su primer discurso institucional, pero todo apunta a que esta vez, de nuevo, las tradiciones están para romperlas.
"Las cuestiones protocolarias en el siglo XXI no son como en la Edad Media. El protocolo no puede imponer a la fuerza, es algo mucho más flexible que eso. Además, no estamos hablando de la decisión de unos reyes, sino de la decisión de unos padres. Y el criterio de la Casa es claro en cuanto a evitar que las niñas dejen de ser niñas y que acudan así al menor número de actos posible", explica Gerardo Correa, presidente de la Escuela Internacional de Protocolo, en conversación con JALEOS.
En su opinión, los casos de Leonor y el rey Felipe (49) no son comparables. "Cuando reinaba Juan Carlos (79), se quería dar mucha visibilidad a la figura del heredero para consolidar la institución. Ahora el objetivo es otro, tiene más que ver con la idea de hacer país, de unir, y de dar relevancia a la figura del jefe del Estado", añade Correa. El periodista Jaime Peñafiel (85) está de acuerdo. "Cuando Felipe dio el discurso con 13 años era necesario promocionar la monarquía. Leonor no necesita promocionar nada. La idea de llevarla a Oviedo me parece hacer un uso gratuito de ella cuando debería estar en el colegio. De momento sólo es la hija del jefe del Estado y la nieta del emérito. Debería seguir siendo una niña, con más razón cuando no conocemos el futuro de la monarquía a largo plazo".
Peñafiel está de acuerdo en este punto con la decisión tomada por la reina Letizia (45). También Pilar Urbano, quien incide en que, al inicio de un reinado, "y puesto que las monarquías son tradicionales y hereditarias, es conveniente cierta pedagogía hacia el pueblo que ayude a acomodarse a los usos tradicionales encarnados por personas nuevas, en definitiva que se visualice la continuidad". Algo más crítica se muestra la periodista especializada en Casa Real Carmen Enríquez. "No sabemos si su padre va a ser la referencia en este caso porque en aquel momento se acababan de crear los premios que llevaban su nombre. En Zarzuela no dan información, ni revelan si va a ser igual. Yo personalmente creo que podría debutar con 12 o 13 años porque es una edad en la que ya empieza a asumir cosas. Hasta ese momento, sí podría haber ido de espectadora, pero son sus padres los que toman la decisión y han considerado que aún no es el momento".
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"Me parece que están siendo muy coherentes", añade por su parte el periodista y escritor Fermín Urbiola. "Los reyes están dando mucha importancia a la familia que han creado y así lo han dicho desde su pedida de mano. Esa coherencia la veo también a la hora de preservar a las niñas. Seguro que de puertas para dentro han vivido y viven el trabajo que realiza su padre. Pero los reyes intentan preservar a dos personas que tienen una vida diferente para que sea digerible para ellas. Por otro lado, para querer a la princesa de Asturias hay que conocerla y eso ocurre en las pocas ocasiones en las que la vemos".
"Ahora lo que le toca es aprender en el colegio y viendo películas más que en un acto protocolario que puede resultar pesado para un niño y que no es tan necesario. Me parece bien que no la sometan desde tan pequeña y diferencien a las dos hermanas tan pronto. Creo que hay que defender los derechos de los niños aún cuando estos sean príncipes o princesas", explica por su parte Carmen Rigalt.
"Una monarquía renovada para un tiempo nuevo"
Han pasado 36 años desde que Felipe de Borbón pronunciara sus primeras palabras en el Teatro Campoamor de Oviedo bajo la atenta mirada de su padre y pusiera en pie al auditorio. "Yo estaba allí ese día", recuerda la periodista Pilar Urbano, quien manifiesta una opinión muy contundente respecto a si Leonor debe o no continuar la línea del actual rey.
"A veces es recomendable improvisar y romper con las costumbres establecidas, innovar y evitar el seguidismo. ¿No decía Felipe VI que estamos ante una monarquía renovada para un tiempo nuevo? Creo que es bueno marcar la diferencia. Además, si nos ponemos puristas y queremos que se cumplan las tradiciones a rajatabla debería haberse hecho también con Felipe. En su día no fue llamado por las Cortes ni convocado en el Palacio para llevar a cabo la ceremonia de nombramiento como príncipe de Asturias. Se hizo un amago en Covadonga cuando ni siquiera se había elaborado la Constitución. Si hablamos de seguir la tradición debería haberse hecho con el padre y con la hija. Así que espero que lo hagan cuando quieran y que Zarzuela informe de ello", explica en conversación con este medio.
La heredera belga lo hizo con 12 años
Al margen de la equiparación con su progenitor, Leonor también se enfrenta a las inevitables comparaciones con sus homólogas europeas. Así, la princesa Elisabeth (15), heredera al trono belga, pronunció su primer discurso oficial en octubre de 2014, en el marco del acto de recuerdo de la Primera Guerra Mundial en la provincia de Flandes Occidental. En aquel momento aún no había alcanzado los 13 años de edad. "Si tenemos esto en cuenta, la verdad es que la princesa de Asturias sí podría hacer algo similar", señala Carmen Enríquez. "Leonor está muy bien instruída. Además, no es tan difícil hacer un discurso de cinco líneas, y saludar, que lo sabe hacer muy bien", apostilla Pilar Urbano.