"He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan precisamente como marco este Principado de Asturias, cuyo título con tanto honor ostento".
Han pasado 35 años desde que Felipe de Borbón (48 años), príncipe de Asturias, pronunciara su primer discurso oficial en público y lo hiciera en Oviedo, durante la primera entrega de los premios que por aquel entonces llevaban su nombre. Tenía en ese momento 13 años. Aquellas palabras, que aún resuenan en el Teatro Campoamor, podrían repetirse no tardando mucho teniendo en cuenta que su primogénita está a punto de cumplir 11 años.
Los premios ahora llevan su nombre. De hecho, lo hacen desde el pasado año, algo que, unido a la edad de Leonor, ya hizo saltar las alarmas en 2015 sobre la posible asistencia (y presidencia) de la infanta. Éste es el segundo año de su denominación como premios Princesa de Asturias y, de nuevo, planea sobre ellos la sombra de la sospecha ante una posible visita sorpresa de la heredera a última hora.
Pero nada más lejos de la realidad. Por lo pronto, y según las dos principales instituciones protagonistas -Zarzuela por un lado y la Fundación Princesa de Asturias por otro-, aseguran a este medio que no les consta que eso vaya a producirse. Únicamente tienen conocimiento de la asistencia de los reyes Felipe y Letizia (44), que presidirán los galardones en representación de su primogénita.
Es más, la presencia de Leonor ni siquiera figura en la agenda oficial, por lo que el discurso está descartado también esta vez. La Casa Real, ya se sabe, es poco amiga de acelerar los acontecimientos de forma innecesaria y sus padres consideran que aún es pequeña para tamaña responsabilidad en solitario que, una vez iniciada, no tiene vuelta atrás. Por ello, la agenda propia de Leonor tendrá que esperar un poco más.
Cabe la posibilidad de que, a fin de que se acostumbre poco a poco a actos oficiales de esta envergadura -hasta ahora sólo ha acudido a la proclamación de su padre, al desfile del 12 de octubre, a algún partido de fútbol, a contados actos castrenses y a los diversos posados oficiales en Palma de Mallorca-, acuda a los premios de la mano de su abuela, la reina Sofía (77) y ambas se sienten en el palco de honor como meras espectadoras, tal y como viene haciendo la reina emérita en los últimos años.
Si bien es cierto, es poco probable que Leonor dé la sorpresa a tenor de que eso acapararía flashes, miradas y titulares y precipitaría el discurso oficial al siguiente año como muy tarde. Lo lógico es que cuando acuda la princesa de Asturias sea para presidir los premios y pronunciar su primera alocución pública.
Hasta el momento, el pueblo prácticamente sólo le ha escuchado palabras sueltas, como cuando acudió a ver a su abuelo al hospital y espetó un escueto "está bien el abuelito". Poco más.
Leonor tiene aún casi dos años de margen para prepararse antes de que las voces críticas empiecen a inquietarse ante las odiosas comparaciones con su padre. Eso sí, cuando se decida a dar el paso, lo hará por todo lo alto: llegará en un coche aparte con su propio estandarte heráldico, como sucedió el pasado martes, pues a partir de ese momento la princesa de Asturias habrá de llevar consigo a cada acto oficial el escudo y banderín con los colores propios de su heráldica, es decir, el azul claro, tal y como se aprobó en noviembre.