Apenas faltaban unos minutos para las seis y media cuando Felipe VI (49 años) y Letizia (45) salieron sonrientes del hotel Reconquista de Oviedo rumbo al Teatro Campoamor. Fue en ese momento cuando la reina dejó ver uno de los secretos mejor guardados de la alfombra azul que siempre precede a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias: su estilismo.
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• La alfombra azul, en imágenes
Una vez más, la esposa del rey Felipe VI se resistía a arriesgar con su look y apostaba sobre seguro. Para ello recurría, al igual que hacía el jueves por la noche durante el concierto previo a los galardones celebrado en el Auditorio Príncipe Felipe, a su diseñador de cabecera, el sastre Felipe Varela (49).
En concreto, este viernes por la tarde se decantaba por un vestido en georgette de seda blanco bordado en hilo y cristal negro que le confería cierto aire oriental, al que contribuía sin duda el cuello mao, los detalles negros en cristal de Swarovski con los símbolos de la longevidad y las garzas y la manga corta.
Letizia estrenaba diseño, y lo hacía acompañado de un fajín negro y de un acertado peinado formado por un moño bajo con una raya lateral y ondas hacia un lado que le tapaban la oreja derecha.
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Letizia cede protagonismo
Letizia ha visto cómo, al igual que sucedió en anteriores ediciones, parte de los focos iban hacia su madre, Paloma Rocasolano (65). Esta vez, y según ha podido saber JALEOS, madre e hija no han compartido diseñador para sus respectivos modelos en los galardones asturianos, tal y como han hecho en otras ocasiones.
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La progenitora de la reina acaparó todos los flashes a su llegada a la alfombra azul. De nuevo su rejuvenecido rostro fue objeto de todo tipo de interpretaciones, y eso que los pómulos realzados, los dientes notablemente blancos, el mentón prominente y la práctica ausencia de arrugas y bolsas en los ojos que lucía Paloma Rocasolano ya fueron de lo más comentado en la pasada edición de los premios Princesa de Asturias. Y es que es de sobra conocido que en alguna que ota ocasión ha recurrido a las manos del prestigioso doctor Antonio de la Fuente, el mismo cirujano plástico al que acude con asiduidad la propia reina Letizia. El médico en cuestión tiene su consulta en el hospital madrileño Nuestra Señora del Rosario.
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