Una vez más, la reina Sofía (78 años) encarará un nuevo acto oficial ante la realeza mundial en solitario. De sobra es conocida la estrecha relación que siempre ha mantenido el rey Juan Carlos (79) con el difunto monarca tailandés y el resto de su familia. Sin embargo, el emérito no acudirá a sus exequias previstas para esta semana. Ya se sabe que los entierros, bodas y bautizos reales no son de su agrado.
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El padre de Felipe VI (49) prefiere dejar esos compromisos públicos a su esposa y centrarse en su dolce vita, en lo que verdaderamente le apasiona: las rutas gastronómicas, las corridas de toros y las competiciones de vela. Precisamente es lo que ha hecho estos últimos días: despedir en persona a las siete embarcaciones que disputan la famosa Volvo Ocean Race que comenzó hace unos días y que se prolongará hasta junio de 2018. Vestido de manera informal, el rey Juan Carlos viajó el pasado fin de semana al puerto de Alicante para disfrutar de una jornada de regatas que culminó con una visita a las célebres Cuevas de Canelobre de Busot.
Mientras tanto, su mujer se disponía a hacer las maletas para acudir a los funerales del rey Bhumibol Adulyadej 'Rama IX' de Tailandia. Este mismo martes cogía un vuelo que la llevaría a más de 10.000 kilómetros de distancia de su esposo, concretamente a Bangkok. Allí permanecerá cinco días en los que se sucederán diversos actos oficiales y almuerzos que precederán a las pompas fúnebres del monarca tailandés fallecido el año pasado a los 88 años. De entre todos ellos destaca la incineración del cuerpo en el crematorio más grande del país, un lugar de 50 metros de alto y nueve puntas que simboliza la montaña más sagrada del hinduismo. Los ciudadanos vestirán de luto durante estos días en señal de respeto por unas exequias que cuestan 75 millones de euros.
Pese a que el monarca emérito no acompañará a su esposa, no estará sola. Está previsto que royals como Máxima de los Países Bajos (45), Federico de Dinamarca (49), Haakon de Noruega (44), Matilde de Bélgica (44) o Silvia de Suecia (73) asistan también a las exequias por el rey tailandés.
Cada uno por su lado
No es la primera vez que los reyes eméritos hacen planes por separado. Hace apenas unas semana, la reina asistía, en solitario también, a la boda de Felipe de Serbia, que se celebró en Belgrado. Juan Carlos I, por su parte, tenía previsto acudir a una exposición en Galicia, comunidad que frecuenta en los últimos tiempos, sobre todo porque allí mantiene su círculo de amigos con los que disfruta de la navegación y la buena comida tanto en Saxenxo como en otros lugares, como si de un bon vivant se tratase.
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Días antes, el monarca había disfrutado de un almuerzo con un grupo de amigos en Beker 6, uno de sus restaurantes favoritos del centro de Madrid. Lo hizo el mismo día que su hijo pronunció su discurso televisado sobre la crisis de Cataluña.
Los reyes eméritos llevan más de un mes sin aparecer juntos en público. Concretamente desde que se celebró la cena de gala conmemorativa del 40 aniversario del Círculo de empresarios en el Real Club de Puerta de Hierro.
En los últimos tiempos, es frecuente que hagan planes por separado, tanto en España como en el extranjero. Ambos tienen aficiones dispares y ya no se molestan en guardar unas formas que han mantenido durante más de medio siglo, el que llevan como marido y mujer.
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