Jill Dodd (57 años), fundadora de la prestigiosa marca Roxy, solo tenía 20 años cuando se convirtió en una de las 'esposas de placer' de Adnan Khashoggi, el multimillonario árabe amigo del rey Juan Carlos dedicado al tráfico de armas. A bordo del yate de este empresario, la joven disfrutó de un romance repleto de sexo, cocaína y lujos, muchos lujos.
Khashoggi fue una parte fundamental para la diseñadora. No solo sentimentalmente al convertirse en uno de los hombres más importantes en su vida. Gracias a este empresario existe la marca Roxy, ya que el multimillonario le pagó los estudios de Diseño de Moda con los que la joven creó esta famosa marca de moda.
Un conquistador nato
En los años 80, Dodd era una joven modelo ingenua que fue invitada a una fiesta en Cannes sin saber que esa celebración cambiaría totalmente su vida. Durante esa velada conoció a Adnan Khashoggi, un empresario bajo, calvo, con una ligera obesidad y mucho dinero que, en un primer momento no le atrajo nada. Es más, llegó a afirmar asegurar que le recordaba a un "amigo de su padre".
No obstante, como ella misma ha dicho en varias ocasiones, el empresario era un "conquistador nato". En un momento dado, la pareja se marchó a una habitación para bailar a solas. "De repente, mi compañero de baile se detuvo, agarró una silla y la arrojó al fuego. Yo también arrojé una. Nos reímos y nos cruzamos como dos imanes, dando vueltas ante las llamas", afirma Dodd. "Con ternura, me subía las mangas y usaba las yemas de los dedos para escribir 'Te amo' en rojo en el antebrazo" con sangre.
Solo un día después, la joven modelo estaba a bordo de su yate, el Nabila, que con sus 83 metros de eslora era la embarcación privada más grande del mundo en ese momento. Al parecer, fue un flechazo inmediato y es que a las pocas semanas el empresario le pidió que fuera una de sus mujeres (de acuerdo a la ley saudí, el multimillonario podía tener hasta once "esposas de placer"). Una proposición que ella, encandilada a esas alturas, aceptó sin dudarlo.
Fue una relación beneficiosa para ambos, como ella misma ha declarado en varias ocasiones. "Nunca pensé en mí misma como una prostituta, todavía no lo creo", afirmó la joven, a quien el empresario le dijo: "Quiero hacer un contrato contigo de cinco años. Te daré todo lo que quieras y estarás a mi entera disposición las 24 horas del día".
Una relación repleta de lujos y excesos
Durante los años que duró esta relación, la pareja acudió a cenas y a fiestas en los mejores lugares y con todos los lujos disponibles. Una vida desenfrenada tanto en público como en privado. "Nos encerrábamos en una habitación durante días y hacíamos el amor, comíamos, el chef nos traía comida, tomábamos cocaína y dormíamos cuando queríamos", ha contado recientemente la diseñadora en el programa estadounidense 60 minutos.
Durante todo este tiempo, Dodd era una mujer más del harén de Adnan, algo difícil para una joven educada en la cultura de la monogamia. "Era un amante extraordinario. A medida que pasaban los meses, sólo quería estar con Adnan y no me importaban los detalles. Era mi novio", asegura la empresaria.
Tras dos años de relación, Khashoggi se ofreció para pagarle la matrícula en una de las mejores universidades de diseño de Estados Unidos, base que después utilizó Dodd para crear su marca de moda Roxy en 1989. Además de estas clases, la joven recibía todo tipo de regalos, desde collares de diamantes hasta oro macizo.
Sin embargo, todo esto terminó siete años después, cuando la joven decidió que no quería seguir compartiendo al multimillonario. Fue una ruptura "amistosa" tras la que siguieron manteniendo "el contacto por teléfono durante años". Algo duro para la empresaria, que siguió extrañando a Adnan, en quien pensó "todo el tiempo".
Ahora, más de 30 años después de esa primera noche en Cannes, Dodd es una empresaria de éxito, casada y con tres hijos que recientemente ha publicado un libro para contar su historia amorosa. Por su parte, Adnan murió hace unos meses, a los 81 años, justo antes de que la diseñadora publicara sus memorias.