El príncipe Harry de Inglaterra (34 años) y Meghan Markle (37) esperan la llegada de su primer hijo para la próxima primavera. Este lunes Kensington anunciaba la feliz noticia y en JALEOS surgió una duda: ¿dará la Familia Real británica la bienvenida a su primer descendiente de raza negra?
De dos aspectos físicos tan dispares como son los que representan Harry y Meghan, que no solo no comparten ningún tipo de rasgo ni siquiera color de cabello sino que tampoco raza, podría crearse un bebé mestizo precioso. Esa mezcla de atributos y etnias traerá un aire renovado a la siempre regia monarquía inglesa y sería un paso revelador para las nuevas generaciones. Pero, ante esta situación, ¿podría entonces decirse que nos encontramos ante la posibilidad de que la reina Isabel tenga un bisnieto de tez negra? JALEOS ha querido aclararlo con un experto en genética.
"Categóricamente no, no hay ningún motivo para pensar que esto pueda ocurrir porque en los matrimonios interraciales el color de la piel se diluye". Manuel Pérez Alonso, Catedrático en Genética de la Universitat de Valencia, expresa con rotundidad que "no es posible genéticamente que la descendencia de Harry y Meghan sea puramente de tez negra, lo académicamente correcto es hablar de que el hijo de una pareja así será previsiblemente de un color de piel intermedio".
El caso del futuro bebé de los duques de Sussex resulta casi idéntico al de la propia Meghan, ya que su madre, Doria Radlan (60), es afroamericana, pero su padre, Thomas W. Markle, es de ascendencia irlandesa y neerlandesa. Es por ello que su tono de piel es un dorado tostado que ha encandilado a Harry -entre otras muchas cosas-.
Precisamente entre ese cúmulo de virtudes que han enamorado al príncipe se encuentra, seguro, una de las curiosidades que ha señalado el Catedrático Pérez Alonso a este medio al hablar de mestizaje: "Cuando se tiene un padre y una madre de localizaciones geográficas muy diferentes y, además, de razas diferentes, como es el caso de Harry y Meghan, se produce un fenómeno que en genética se llama el vigor híbrido. Es todo lo contrario a la endogamia, que es cuando las parejas son próximas genéticamente. Pero cuando no es así, cuando son muy alejadas, podemos estar seguros de que sus hijos van a ser muy sanos, desde el punto de vista genético, y serán muy inteligentes".
Por lo tanto, el futuro descendiente del príncipe y la actriz tendrá una atractiva tez tostada, será el primero de la clase y tendrá una salud de hierro. En esto último coincidirá fielmente con su bisabuela Isabel II que a sus 91 años sigue al mando de la Corona y sin pistas de que su abdicación esté próxima. Aunque a su futurible bisnieto de poco le servirá en ese sentido su buen estado de salud ya que, por línea sucesoria, jamás llegará a reinar.
No se sentará en el trono real, pero el pequeño que llegue a palacio será casi un prodigio de la genética: "Se puede decir es que hay más que ventajas en los matrimonios interraciales y que Harry y Meghan abrirán la puerta a una saga con muy buena genética a partir de ellos", explica Pérez Alonso. Sin duda, se trata de una gran noticia para los futuros padres y también para la Familia Real británica que gracias al gen afroamericano de Meghan fortalecerá la descendencia royal inglesa.
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