En los bajos de un edificio, a modo de sótano y en una de las calles más tranquilas del centro de Madrid. Aquí es donde se encuentra el gimnasio en el que entrena Paloma Rocasolano (65 años), la madre de la reina Letizia (45). Sólo unos rótulos en la diminuta entrada indican al viandante que en su interior hay un centro de culto al cuerpo.
Es un sitio muy discreto y muy pequeño a comparación con las grandes cadenas low cost que se han puesto de moda. Ópera Gym es uno de esos gimnasios de barrio, familiares, que también se convierten en un centro de reunión con amigos para muchos de sus clientes. El trato es cercano y amable.
Paloma lleva tiempo apuntada a este gimnasio, que está próximo a su residencia habitual. En él, la madre de la monarca no sólo disfruta de algunas de las clases colectivas y las salas de máquinas. Según ha podido saber JALEOS, también dispone de los servicios de un entrenador personal. Marko, quien a su vez es uno de los propietarios del centro deportivo, es la persona que se encarga de que Rocasolano se mantenga en forma.
Él y su pareja Beatriz se pusieron al frente de Opera Gym hace algo más de un año y su experiencia y el boca a boca han hecho que ahora tengan una amplia cartera de clientes. Marko Alessandro, de Maracaibo (Venezuela) y residente en Madrid, comenzó su formación como entrenador hace nueve años, según relata él mismo en sus redes sociales. Antes se había formado como nutricionista pero su ambición de querer llegar siempre más lejos le llevó hasta donde se encuentra hoy.
Aseguran a este medio que Paloma está encantada con su entrenador y confía mucho en él. Cada clase personalizada de una hora le cuesta 40 euros más el precio del gimnasio al mes que son 50. Ella, al igual que su hija, es una mujer coqueta a la que le gusta verse bien. Desde que Letizia se comprometiera con el entonces príncipe, su imagen ha cambiado bastante. Rocasolano ha modificado su estilismo, luciendo prendas más modernas, y se ha sometido a algunos tratamientos estéticos para lucir una imagen más rejuvenecida.
La madre de la esposa de Felipe VI (49) lleva una vida discreta alejada de Palacio. Prefier mantener un perfil bajo y ha continuado con su vida normal después de que su hija contrajera matrimonio el 22 de mayo de 2004. La de los Premios Princesa de Asturias fue su última aparición pública. La progenitora acaparó todas las miradas a su llegada a la alfombra azul. Su nuevo rejuvenecido rostro centró la atención de los medios. Desde entonces no se le ha vuelto a ver.
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