Tras la 'princesa del pueblo' llega la 'princesa americana'. El fenómeno que creó Lady Di a su alrededor se ha encarnado en Meghan Markle (36 años) y se ha convertido en una auténtica revolución. Toda Inglaterra adora a la actriz que ha conseguido hacerse un hueco en Buckingham y ser la brisa de aire fresco que necesitaba una monarquía tan rigurosa como la británica.
La estadounidense representa los valores que actualmente la sociedad necesita ver en las instituciones: el feminismo, la naturalidad y la oportunidad de pertenecer al poder a pesar de tener orígenes humildes. Además, la historia de amor con el príncipe Harry (33) tiene los ingredientes perfectos para captar la atención, ya que ella llegó desde Hollywood y conquistó al miembro más rebelde de la Familia Real, sin tener sangre azul y con todo un océano Atlántico de por medio.
La confirmación del noviazgo fue lo más buscado durante meses, pero no fue hasta el pasado septiembre cuando la pareja se dejó ver por primera vez en público, en los Juegos Invictus de Canadá. Esa fue la vez que comenzó a coger forma la 'Meghanmanía'. Y es que en cuestión de horas, los pantalones vaqueros que lució en ese acto se agotaron, a pesar de los 150 euros que costaban tras la rebaja del 30 por ciento.
Se repitió la misma jugada con el abrigo de Meghan del día del anuncio de su compromiso, el 27 de noviembre. De igual modo ocurrió con sus prendas elegidas para el primer acto público tras su comunicado nupcial y en el segundo arrasó con su pequeño sombrero marrón.
La arriesgada apuesta de vestido para su comida navideña junto a la reina en Buckingham también consiguió ser récord de ventas, y más aún gracias a las rebajas de estas fechas. Y esta misma semana volvía a triunfar con su abrigo negro firmado por Stella McCartney y su peinado trendy, un estilo que nadie puede pasar por alto. Incluso los atuendos que luce en la serie Suits, se muestran en las revistas de moda como ejemplos de cómo ir vestida al trabajo o a reuniones ejecutivas.
Pero lo que más gusta de Meghan es su sonrisa. Ese gesto inquebrantable del rostro de la actriz que desprende simpatía y naturalidad allá por donde pasa. Pero junto a esta mueca, son sus espontáneos saludos y sus ganas de hablar con la gente los que la diferencian y le otorgan un carisma especial. Mientras los expertos interpretan como fallos protocolarios estos gestos, algunos lo definen como un acto de cercanía.
El pueblo la reclama. Se ha vuelvo loco con su dulzura, con su continua cara de sorpresa cuando ve que tanta gente la espera a ella y con su belleza mestiza que cautiva desde todos los planos. Copa portadas de revistas de moda como lo hacía en su momento la que sería su suegra y su gusto estilístico ha conseguido eclipsar a la mismísima Kate Middleton (35).
La 'Meghanmanía' ha llegado para quedarse. Los duques de Cambridge han quedado relegados tras el fenómeno creado alrededor de Meghan y Harry, que se han convertido en las estrellas royal de este año y del mismo modo que Isabel II no se despega de su trono, también se prevé una larga vida al 'reinado' mediático de la actriz y su prometido.
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