Poco tiene que ver el comportamiento de Victoria Federica (17 años) y Froilán (19) con su abuela, la reina Sofía (79) con el que protagonizó la princesa Leonor (12) hace solo una semana. Los hijos de la infanta Elena quisieron mostrar ante las cámaras el cariño que sienten por la reina emérita, con reverencia incluida.
La reina Sofía acompañó el domingo a sus nietos y a su hija a la salida del Hospital Universitario Sanitas de La Moraleja, donde el rey emérito (80) permanece descansando tras su operación de rodilla. Ya en la puerta, y ante la presencia de un gran número de medios, los jóvenes se mostraron especialmente cariñosos con su abuela.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fueron las muestras de respeto de Elena y de Sofía. La infanta, ataviada con un abrigo azul marino y un sombrero camel, se acercó hasta su madre para darle dos besos y, posteriormente, hacer una reverencia.
Los hijos observaban con curiosidad el espontáneo gesto de su madre, llegando Victoria Federica incluso a reírse por tal muestra de respeto para repetirlo posteriormente. La nieta, al igual que su madre, se acercó a su abuela, le dio dos besos, para hacer justo después una rápida reverencia a la vez que buscaba con la mirada a la infanta Elena.
Lo cierto es que Victoria Federica y Froilán siempre han estado muy unidos a su abuela, y es que a diferencia de Letizia (45), la infanta Elena ha propiciado en todo momento que los nietos mantengan una muy buena relación con la reina emérita. De ahí que en esta ocasión (solo una semana después del polémico vídeo entre la reina Letizia y Sofía) todos sus gestos fueran observados con lupa.
La esperada fotografía de Sofía con sus nietas
Ese mismo día, la reina Sofía también protagonizó un estudiado gesto con sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía (10). Las pequeñas, que acudieron junto a sus padres al hospital para visitar al rey Juan Carlos, aparecieron agarradas de la mano de la reina emérita. Un guiño con el que han querido dejar claro ante los medios allí presentes que la relación entre ellas era buena.
Sin embargo, los gestos eran tan estudiados que la Familia Real no pudo evitar que se comentase más la estrategia planificada con la que pretendían zanjar cualquier tipo de polémica que la imagen de familia feliz que pretendían ofrecer. Nietas y abuelas, sonrientes en todo momento y bajo la atenta mirada de rey Felipe y de Letizia, posaron ante las cámaras.
Habladurías que aumentaron cuando los monarcas y sus hijas abandonaron el hospital menos de media hora después sin la reina Sofía, que prefería quedarse en el centro médico para hace compañía a Juan Carlos.
Un conjunto de gestos que están encaminados a lavar la imagen de la familia, y que promete seguir repitiéndose en los días posteriores.
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