Se conocía la noticia de que la reina Sofía de Grecia (80 años) había viajado hasta su tierra natal, Grecia, junto a su hermana, la princesa Irene (76). La visita de las hermanas de Grecia a su patria chica tenía como escudo y motivo el cumpleaños del rey Constantino (78). Además, Sofía e Irene asistieron a 'Eleuterna, Creta y el mundo exterior', un congreso sobre la clásica ciudad de Eleuterna celebrado en la ciudad de Rethimno. El acto estaba organizado por Nikos Stamboulidis, arqueólogo y director del famoso Museo Cicládicdo de Atenas.
Tras las ceremonias de corte más institucional, se llevó a cabo una gala más íntima con toques musicales típicos de Creta, la isla más grande de Grecia. Entre ellos, el pentozali. La reina Sofía, en su versión más 'campechana' y espontánea, se lanzó a la pista y se unió al grupo de amigos presentes para deleitar a propios y extraños con su control y maestría sobre el citado baile heleno. Con total seguridad, los sonidos clásicos del pentozali retrotraen a la emérita hasta su infancia en la finca real de Tatoi, ubicada a las afueras de Atenas, donde además gran parte de su adolescencia.
Durante los días que ha durado su estancia en la isla de Creta, la madre del rey Felipe VI (50) ha estado acompañada en todo momento por monseñor Eugenio, el Obispo Ortodoxo de Rethimno. En su periplo, la esposa de Juan Carlos I (80) ha visitado además el Monasterio de Santa Irini y el restaurado Museo Arqueológico de Heraclión, la capital de la isla.
Según informa ABC, Stávros Arnaoutakis, gobernador de la citada ciudad, invitó a la Reina a un almuerzo en el restaurante 'Los Siete Mares', junto al Embajador de España en la República Helénica, Enrique Viguera, el vice cónsul honorario Mina Melisidis y Vasilis Lambrinos, alcalde de Heraclión.
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