Desde principios de mayo, María Zurita de Borbón (42 años) ya puede presumir de su hijo recién nacido. Pero el camino no ha sido fácil, y es que el bebé, Carlos Zurita de Borbón, nació de urgencia después de que la aristócrata sufriera un "desprendimiento de placenta".
"Estaba pasando unos días en casa de mi amiga Cristina Durán. Desperté a mi amiga a las cuatro y media de la mañana, asustadísima", relata la propia Zurita en una entrevista concedida a ¡HOLA!. ¿La razón de ese susto? Tras encender la luz vio que había perdido "muchísima sangre" y temía por la salud de su bebé.
Motivos no le faltaban, y es que ella misma no habría aguantado "más de veinte minutos. Me hubiera muerto", desvela. Lo que sufría era un "desprendimiento de placenta".
La artisócrata y su amiga actuaron con rapidez. Llamaron a su ginecóloga, la doctora Isabel Alonso, que les aconsejó acudir al Rosario. "Por el camino, Cristina me iba mintiendo todo el tiempo, para que no me preocupara", cuenta como anécdota Zurita. "Yo, primeriza y sin idea de lo que era un parto normal, iba tranquilísima hacia el hospital".
A la llegada al centro médico todo estaba preparado y un equipo de enfermeros y médicos ya la estaban esperando. Nada más llegar la pusieron en una silla de ruedas y la desplazaron "a toda prisa al quirófano" para actuar rápidamente.
Tras descubrir que todavía había latido, la prepararon para dar a luz, dos meses y medio antes de lo previsto. Es entonces cuando escucha una de las frases más "impactantes", según su opinión: "Vamos a intentar salvar a la madre y al niño", relata.
"Al niño le pasaba algo"
Todo ocurrió muy rápido y sin que Zurita tuviera mucha idea de lo que estaba ocurriendo. Finalmente despertó en la UCI y tras ver a sus familiares sonreír fue consciente de que todo "había ido bien".
El bebé era grande para el tiempo que tenía, "pero estaba todavía muy inmaduro. El niño va a la UCI y a mi no me lo quieren enseñar. Me daban excusas... y yo entendí que al niño le pasaba algo".
Al parecer, Carlps niño se encontraba amoratado ya que con el desprendimiento de placenta "el útero se contrae y aplasta al bebé". Con este aspecto, el personal médico era reticente a enseñárselo a su madre, y lo máximo a lo que accedieron fue a mostrarle una fotografía del niño de espaldas. "Estaba convencida de que tenía algo grave en la cara", explica que pensó en ese momento.
Por si fuera poco esta angustia, unos días después el pequeño sufrió "una parada cardiorrespiratoria y después otra" ya que nació con un soplo en el corazón, con el ductus (un conducto que tenemos entre las arterias del corazón) abierto.
Tras complicarse la situación, Zurita y su ginecóloga tomaron la decisión de trasladar al bebé a La Paz, "donde están muy bien preparados para estos casos". el cambio de hospital se llevó a cabo de madrugada y movilizando todo un equipo de cinco personas del SUMA.
Zurita decidió bautizar al bebé en el hospital in extremis. Una de sus amigas tenía una botellita de agua del Jordán, su padre se untó unas gotas en el dedo y lo bautizó dentro de la incubadora.
Lo pudo sostener doce días después
Zurita tuvo que esperar doce días para poder sostener a su hijo en los brazos. Eso sí, "lleno de tubos y cables". En ese momento el pequeño dejó de llorar y se agarró a su dedo con mucha fuerza: "De alguna manera, supo que era su madre".
Desde entonces mejora día tras día. Ha cogido peso, ya se encuentra en una cuna, y hasta las "enfermeras dicen que es el más guapo y el más bueno", presume la orgullosa madre.
El siguiente paso es que el pequeño se encuentre en condiciones de abandonar el hospital para acompañar a su madre a casa. Un hecho que, viendo la evolución del pequeño y su rápida mejora, pronto tendrá lugar.
[Más información: María Zurita da a luz a su primer hijo un mes y medio antes de lo previsto]
"Tenía claro que quería ser madre"
En esta entrevista Zurita comenta, además, que llegó un momento en que tenía claro que quería ser madre. "Nunca llegué a enamorarme de alguien tan profundamente como para querer casarme y tener hijos con él", razón por la que tomó la decisión, ella sola, de recurrir a la fecundación in vitro.
Tras comunicarlo a sus familiares más cercanos recibió un gran apoyo, entre ellos los reyes Juan Carlos (80), Sofía (79), Felipe (50) y Letizia (50). Al final recurrió al Instituto Valencia de la Infertilidad (IVI) donde se sometió a un "tratamiento hormonal para la extracción de óvulos y realizar el resto del proceso".
Respecto a la figura paterna, supone que será una "mezcla de mi padre, mi hermano y los padrinos". Y es que toda su familia está muy entusiasmada con el nacimiento y está segura de que le "va a sobrar mucho cariño" al pequeño Carlos.