Iñaki Urdangarin (50 años) tenía una fuerte inquietud cuando entró en la cárcel de Brieva. Su mayor preocupación en cuanto a la disposición y calendario de las actividades en el centro penitenciario. Quería saber si había servicios religiosos y cuándo eran.
"Fue uno de los condicionantes que influyeron en la elección de esta prisión de mujeres", afirma Pilar Eyre (66). Explica que Iñaki se aferra a la fe para poder sobrellevar su paso por la celda en Lecturas.
A la cárcel, Iñaki se ha llevado las fotografías de sus hermanos, sus cuatro hijos y de Cristina. "Iñaki se ha llevado un rosario y una imagen de la virgen Blanca, patrona de Vitoria, que le dio su madre cuando era pequeño", explica la periodista.
Aunque el tratamiento psicológico ha sido esencial para sobrellevar estos últimos años, la religión ha sido esencial para poder superarlos y así quiere que sea durante sus años de condena.
El marido de la infanta Cristina (53) tiene muy en cuenta el tratamiento religioso dentro de Brieva. Cuenta la periodista y analista que la uno de los motivos por los que Iñaki ha elegido esta prisión es saber que el asesor espiritual es el jesuita José María Fernández Martos. Pilar explica que la pareja tiene muchos amigos del Opus Dei en los que apoyarse durante este tiempo.
El pasado lunes 18 de junio Iñaki entraba en la cárcel de Brieva tras recoger, cinco días antes, la citación en la Audiencia de Palma. En su primer día entre rejas, disfrutó del partido del Mundial y se mostró, en todo momento, con una buena actitud y calmado, según informaron fuentes cercanas a Efe. La primera comida del marido de la infanta siguió el menú establecido: judías pintas, pescado y yogur.
El exduque de Palma ha sido condenado a 5 años y 10 meses de prisión por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales. Una sentencia que ya ha comenzado y que lo traslada a un módulo especial que han acomodado para la entrada de Iñaki.
La implicación de Urdangarin en el Caso Nóos cayó en su familia como un jarro de agua fría. Así lo contó Pilar Eyre a JALEOS . Explica que en un momento dado, cuando Ana, su hermana mayor, fue conocedora de la imputación de su hermano llegó a hacer unas fuertes confesiones. "Si mi padre viviera, quemaría la Zarzuela", dijo en su momento la hermana de Iñaki.
En la familia real viven la condena con parte de alivio. "En Zarzuela ahora sienten alivio, primero fue el enfado porque creían que habría una condena no tan grave como para entrar en prisión, ellos no habían contemplado ese paisaje", contó la analista.
El centro penitenciario está erigido en el pueblo Brieva, un pequeño pueblo de Ávila que se ha dividido en opiniones a favor y en contra de la llegada del exmiembro de la Casa Real. Un entorno que vivirá con entrega la primera visita de la infanta Cristina a la prisión y que tendrá que convivir con el goteo incesante de periodistas.
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