La reina Letizia (45 años), de nuevo protagonista de una situación susceptible de interpretación en positivo o en negativo. Más lo segundo que lo primero. El pasado jueves, los Reyes de España se trasladaban hasta Girona, sorteando vetos y desprecios; y ponían pies en el Celler de Can Roca, el segundo mejor restaurante del mundo, para presidir los Premios Princesa de Girona.
Nadie podía imaginar que con unas temperaturas de casi 40 grados centígrados en la mayoría de provincias de España, una caprichosa nube quisiera posarse a descargar justo sobre tierras catalanas en el preciso instante en que los monarcas arribaban a tan controvertido acto.
El primero en bajar del coche era el rey Felipe (50), que esperaba, prudente, la aparición de su esposa. La Reina prefería portar su propio paraguas obviando la servicial disposición de su escolta. No era el mejor lugar para descender del Mercedes-Benz. Tampoco el atuendo más apropiado. Con unas altísimas sandalias rojas de pitón de Magrit en mismo tono carmesí que su vestido, la Reina hace lo que puede, siempre por sí sola, para conseguir llegar hasta la recepción, donde la esperan anfitriones y prensa. En ese momento, su marido le tiende una mano tímida para acompañarla, y que no sufra ningún percance o en el peor de los casos un tropezón (recordemos el resbalón de República Dominicana en el primer día de su último viaje de cooperación).
Es entonces cuando se entiende que el Rey, por hacerle el camino más fácil, literal y metafóricamente, agarra el mango del paraguas con el único propósito de ayudarla. En unos segundos de tensión, Letizia, con la sonrisa forzada, clava la mirada sobre la pupila de su marido haciéndole entender que ella puede sola. La otra teoría, nada descabellada, podría ser mucho más simple, y es que se desconoce, si por el contrario es el Rey quien realmente estaba pidiendo cobijo y finalmente Letizia prefirió protegerse sola y no mojar ni estropear su nuevo hairstyle con cola de caballo al más puro estilo Ariana Grande (25).
El último y más sonado desprecio a Letizia al rey Felipe
Por norma general, la memoria colectiva siempre retendrá el vídeo de Letizia y Sofía como "el vídeo del rifirrafe entre Letizia y Sofía". Sin embargo, hubo otro gran damnificado de esta incómoda situación: el rey Felipe. Percatado de la tensión entre su madre y su mujer, el Rey se acerca. Felipe trata de interceder entre ellas, pidiendo a ambas que zanjen la 'discusión'. Según pudo saber JALEOS en exclusiva a través de Cristian Salomoni, vicepresidente de la Asociación de Comunicación No Verbal, el jefe del Estado dijo a Letizia: "Por favor, déjalo" mientras la agarraba del brazo para dirigirse, posteriormente, a Sofía y decirle, resignado:"Déjalo ya...".
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