Ana Rosa Quintana (62 años) se ha marchado de vacaciones este viernes después de unas de las temporadas más intensas de los últimos años. De septiembre a junio, la presentadora ha dado exclusivas como los mensajes de Carles Puigdemont (55) o la carta de la víctima de La Manada y ha vivido cómo su excompañero, Màxim Huerta (47), era nombrado Ministro de Cultura y Deporte y a los pocos días dimitía.
También ha sido un año de cambios en lo personal, dejando su participación en la productora Cuarzo y llegando a un acuerdo con el Grupo Hearst para cerrar La Revista de AR tras 17 años en los kioscos y 200 números.
"Es un proyecto de vida", explica la presentadora a JALEOS respeto a su nueva vida. "He decidido que hay unos años, tampoco muchos, en el que mis hijos entran en una etapa en la que necesitan más atención. Es un momento muy importante para ellos y quería estar presente. Yo no me canso, pero si quiero estar en casa a las cinco de la tarde porque los chicos ya tienen exámenes, deberes, y tienes que estar. Son buenos niños, pero hay edades en las que hay que estar".
Preguntada por su excompañero Màxim, con el cual reconoce tener menos contacto en los últimos años, Quintana cree que hizo bien en dimitir. "Pero no por si había hecho mal o algo de eso, sino porque estamos hartos de ver personas que le ocurren cosas así, que crece la bola, que se pasan semanas en un sufrimiento para luego tener que dimitir. Y es mejor evitarte todo eso".
Y en su caso, ¿hubiera aceptado un cargo político si le hubiera llamado Pedro Sánchez (46)? "Se lo hubiera agradecido y le hubiera invitado a unas cañas. Pero no tengo interés en entrar en política. Yo hubiera dicho que no".
Respecto al bulo que ha recorrido estos días por las redes sociales de que iba a entrevistar a La Manada, la presentadora se muestra tajante. "Me indignó como mujer, como periodista, como feminista. Entiendo que son bulos interesados, no se a quién y por qué. Se ha demostrado que es mentira y que la víctima de La Manada ha elegido nuestro programa para hacer su comunicación".
Por último, respecto a los mensajes que reveló de Puigdemont a Toni Comín, Quintana se muestra irónica. "No me quiere, pero yo tampoco a él. (...) Hasta en los mensajes reconocen que provocaron una división de la sociedad en Cataluña por algo que sabían que no era posible ni que iba a salir. Me parece que es instrumentalizar a la gente".
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