El hotel refugio de Cristina, a 10 kilómetros de la cárcel de Brieva
Según ha podido conocer JALEOS, la hermana del rey estuvo el pasado miércoles 18 de julio en un hotel de Ávila.
21 julio, 2018 02:10Noticias relacionadas
El pasado 18 de julio Iñaki Urdangarin (50 años) cumplía un mes desde su ingreso en prisión. Un tiempo en el que está viviendo la falta de libertad y la soledad absoluta en el Centro Penitenciario de Brieva. Pero para una fecha tan significativa como la del 'mesario' del exduque de Palma en prisión su esposa no quiso perder la oportunidad de estar cerca de él. JALEOS conoce de primera mano que la infanta Cristina (53) se desplazó hasta Ávila este miércoles.
La hermana del rey se encontraba en la calle abulense de Bracamonte el 18 de julio al mediodía. Concretamente, la esposa de Urdangarin aguardaba en el hall del hotel Palacio de Monjaraz, un lugar que se halla a escasos 14 minutos en coche -10 kilómetros- de la prisión donde hace sus días su marido.
Cristina de Borbón vestía en tonos gris y azul, en un día de sol en el corazón de Castilla y León. El hotel en cuestión ocupa un edificio tradicional de piedra restaurado del siglo XVI, de estilo rústico pero majestuoso y situado en el centro histórico de Ávila. Su precio ronda los 50 euros por noche, un coste humilde pero con un servicio idóneo para asentarse allí, más aún porque está estratégicamente cerca de donde vive su rutina Iñaki Urdangarin.
Cristina se dejó ver por Ávila en un día clave para su marido y a solo un cuarto de hora de él, por lo que no resulta difícil pensar que habría acudido a Brieva para verle por tercera vez en un mes. La primera se produjo el 24 de junio, solo seis días después del ingreso de Urdangarin en prisión. La segunda vez fue el domingo 8 de julio, que se trasladó en coche junto a su hijo Pablo (17) a ver a su marido, dos días después de que su primogénito, Juan Valentín (18), también se tuviera un encuentro con su padre. Esta tercera visita ha sido especial por el hecho de que Iñaki cumple un mes entre rejas.
Los traslados de la infanta a la cárcel suelen ser muy sigilosos y casi fantasmagóricos por el hecho de que difícilmente pueden lograrse fotografías ya que su coche de cristales tintados se adentra por la puerta trasera del centro penitenciario, por donde solo tienen acceso privilegiado los funcionarios y la policía. No así el resto de familiares de Urdangarin que tienen que hacer el 'paseíllo' hasta la puerta principal, momento en el que los periodistas se acercan a preguntarles por el estado de Iñaki y que la hermana del rey se niega a protagonizar.
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