Los reyes Felipe (50 años) y Letizia (46) realizarán esta semana un viaje de estado a la República del Perú de tres días de duración. Es una visita oficial que persigue "poner de relieve y reforzar los lazos históricos y las relaciones bilaterales entre ambos países".
Durante el viaje oficial, los monarcas estarán principalmente en Lima, la capital de Perú. Sin embargo, el país tiene multitud de parajes naturales y ruinas de culturas milenarias que son casi obligatorios de visitar. JALEOS hace un repaso a los parajes que más pueden enamorar a los reyes de este rincón latinoamericano.
1. Machu Picchu
Pensar en Perú es pensar en las ruinas de Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas y una de las siete maravillas del mundo. Se trata de una antigua ciudad de esta cultura milenaria que se encuentra perdida a 2.500 metros de altitud, entre los picos Huayna Picchu y Machu Picchu, por los que recibe su nombre este lugar.
Es un monumento perfecto para los reyes, que sienten una gran pasión por los espacios naturales y por el senderismo. Sin embargo, para personajes de la categoría de los monarcas españoles existe una posibilidad mucho más lujosa y exclusiva: pasar la noche en el hotel que se encuentra al lado de las ruinas, en la zona superior de la montaña, el Belmond Santuary Lodge.
Una visita que ya realizaron los reyes Sofía (80) y Juan Carlos (80) durante su viaje al país latinoamericano, y que fueron los encargados de inaugurar el helipuerto de la ciudad inca. El gobierno peruano de entonces retiró el monolito situado en el centro de la plaza principal de las ruinas para permitir el aterrizaje de un helicóptero que traía a los monarcas.
2. Cuzco
Otro de los rincones que no pueden dejar de visitar los monarcas es Cuzco, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, y considerada por muchos como una de las urbes más bonitas de América. Al igual que Machu Picchu, tiene sus orígenes en el Imperio Inca, aunque conserva muy pocos edificios de esta época.
Este paraje es ideal para los monarcas por la gran cantidad de historia que rezuman las paredes de esta urbe. Una disciplina por la que el rey Felipe siente especial predilección y por la que siempre se interesa cuando visita otros países.
Dentro de esta ciudad destaca la plaza de armas, donde es obligado visitar la catedral, el barrio de artesanos de San Blas, el mercado de San Pedro o los restos incas del Templo de la Luna, centro religioso que también visitó la reina Sofía durante su viaje a Perú.
3. Iquitos
Además de los lugares creados por el hombre, Perú tiene numerosos parajes naturales que se deben visitar. El principal y más importante es la zona del Amazonas, una selva con una gran diversidad de fauna y vegetación que no deja indiferente a nadie.
Esta visita es ideal para los monarcas, que podrían descansar de la continua presión mediática al adentrarse en esta zona desde Iquitos o el Puerto Maldonado. Además de que es perfecto para parejas y matrimonios por la intimidad que proporciona este paraje natural.
De tener tiempo, los reyes podrán disfrutar de la naturaleza más salvaje haciendo rutas a pie por la selva para ver la fauna y la flora o en una balsa adentrándose en sus estrechos ríos.
4. Lago Titicaca
Continuando con los parajes naturales, los monarcas pueden visitar el lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, situado muy cerca de la ciudad de Puno a 3.800 metros de altitud.
Además del bello paraje, donde sus tranquilas aguas azules se confunden con el cielo, en los alrededores del lago existen numerosos pueblos pequeños habitados por aimaras, pueblo originario de América del Sur que habita la meseta andina del lago.
Es un lugar perfecto para que los monarcas conozcan las tradiciones, costumbres y cultura precolombinas de Perú: música, cocina, religión... Aspectos que tanto Letizia como Felipe siempre quieren conocer de los países que visitan.
5. Nazca
Pero si lo que se busca es disfrutar de la historia de Perú, los monarcas no pueden dejar de visitar el árido desierto de Nazca, uno de los grandes misterios arqueológicos de la historia.
Entre los años 700 a.C. y 200 d.C se desarrolló en esta zona la cultura Nazca, en la que sus habitantes crearon las Líneas de Nazca, quitando las piedras rojas y dejando la arenisca blanca de debajo. Así se formaron unos enormes geoglifos con figuras humanas, animales o geómetricas, solo visibles desde el aire, de las que se desconoce todavía mucho.
Para disfrutar en todo su esplendor de este monumento, la mejor forma es observarlas desde el aire, ya sea con una avioneta o con un helicóptero.
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