Rania de Jordania (48 años) está irreconocible. El aspecto físico de la monarca ha llamado la atención en los últimos actos públicos a los que ha acudido por los retoques estéticos a los que se ha sometido. JALEOS conoce a qué operaciones se ha sometido.
Este periódico se ha puesto en contacto con la clínica estética de la doctora Barba Martínez para conocer qué tratamientos ha seguido para conseguir un nuevo rostro. El más importante, y por el que ha conseguido esa tirantez en la cara, es un lifting facial.
Se trata de un tratamiento quirúrgico con anestesia general para retirar el exceso de piel en el rostro y cuello y tensar sus músculos, eliminando así los signos de flacidez y mejorando el tono y brillo en el rostro. Una intervención que tiene un precio de 9.000 euros, según explica la doctora.
Según los expertos, este tratamiento es habitual en mujeres de la edad de Rania que buscan un método efectivo y duradero de rejuvenecimiento facial para devolver a su rostro la vitalidad perdida con el paso de los años.
Este cambio fue visible, principalmente, en la graduación de la princesa Salma como militar, a la que acudió Rania con las mejillas y la frente mucho más tirantes (efecto que se acrecienta con los brillos de las fotografías).
La doctora Barba Martínez explica que también se ha sometido a un tratamiento de bótox y vitaminas faciales con un precio de 300 euros, que se utiliza para mejorar la textura y la suavidad de la piel.
Las vitaminas se inyectan por todo el rostro y nutren la dermis para conseguir una textura jugosa y suave en la piel que contribuye a que las pacientes tengan un aspecto joven y radiante. También se utiliza para conseguir borrar pequeñas arrugas o líneas de expresión y eliminar el aspecto cansado y apagado.
La utilización del bótox, en cambio, se utiliza para prevenir la aparición de arrugas dinámicas o para difuminar y deshacerse de las ya existentes. Este tratamiento estético se suele usar en el tercio superior de la cara (frente, entrecejo y contorno de los ojos) para deshacerse de las patas de gallo y de las líneas verticales de expresión que suelen aparecer en el entrecejo.
También se usa para las arrugas de los laterales de la nariz, en el cuello o en las comisuras de los labios. Todo ello encaminado a conseguir una apariencia más relajada y más joven.
Moraleja: Letizia, ten cuidado
Rania de Jordania es un modelo a seguir para la reina Letizia (46), que ve en la monarca una inspiración para sus estilismos. Son varias las ocasiones en que la española ha copiado a la jordana en sus conjuntos, su maquillaje e incluso sus cortes de pelo.
Uno de los más llamativos fue en febrero de 2017 cuando Letizia asistió a la clausura del proyecto de la Fundación Telefónica con un look calcado a Rania: camisa blanca de cuadros con lazada al cuello y falda midi entubada de cuero. Exactamente el mismo que escogió Rania en la visita que realizó a Madrid en noviembre de 2016, a excepción de los zapatos y el bolso.
Sin embargo, no siempre es bueno copiarlo todo de una persona, y los comentarios que ha recibido Rania de Jordania sobre el exceso de cirugía con el que ha resultado teniendo este rostro tan tirante, pueden ser un toque de atención para la española.
Letizia lleva tiempo sometiéndose a varios tratamientos estéticos para evitar que aparezcan signos de la edad en su rostro: rinoplastia, mentoplastia, botox... Ya son varias las ocasiones en que los medios de comunicación han llamado la atención sobre estos retoques, que a veces parecen exagerados. Como en su asistencia a la ceremonia oficial del Día Mundial de la Alimentación que organiza la FAO en octubre de 2018, cuando apareció con un nuevo retoque.
El rostro actual de la jordana puede servir de moraleja para que la reina Letizia tenga cuidado a la hora de realizarse nuevos tratamientos, y evitar convertirse en una Rania irreconocible.
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