Este jueves 6 de diciembre gran parte de la Familia Real es noticia debido a la celebración del 40 aniversario de la Constitución. Una cita en el Congreso a la que acudirán los reyes Felipe (50) y Letizia (46) con sus hijas Leonor (13) y Sofía (11), y los monarcas eméritos Juan Carlos (80) y Sofía (80). Sin embargo, también es un día muy especial para otro miembro real que se alejó -forzosamente- del núcleo familiar hace cuatro años: Pablo Nicolás Urdangarin.
El segundo hijo de la infanta Cristina (53) e Iñaki Urdangarin (50) cumple 18 años. Llegó al mundo en un día muy señalado en la agenda de la Casa Real, pues cada año tienen en esta fecha compromisos institucionales a los que no pueden faltar como representantes de España y su Constitución. Este hecho supone que, al menos en el terreno público, la mayoría de edad del sobrino del rey quede relegada a un segundo plano; y más aún desde que en 2014 Felipe VI decidiera distanciarse de su hermana y su familia tras el escándalo del Caso Nóos.
Con su adolescencia forjada en Ginebra, lejos de sus primos, tíos y abuelos, los cuatro hermanos Urdangarin Borbón se unieron aún más y buscaron un hobby en el que centrar su atención y descubrir su pasión. La afición de Pablo siempre fue el deporte. Durante su estancia en Washington destacó en el fútbol; en sus vacaciones en Mallorca disfrutaba con el surf y la vela; pero su auténtico don está en el balonmano, como su padre.
De hecho, actualmente vive en Hannover, Alemania, donde hace su vida en una residencia de estudiantes para futuros profesionales de élite de este deporte. La escuela Gudrun Pausewang Grundschule está creada para las promesas del balonmano, con clases por la mañana y entrenamientos por la tarde. En este ambiente, Pablo milita en el club TSV Hannover Burgdorf, con el que ya ha jugado varios partidos y en el que se ha ganado el respeto y los halagos de sus compañeros.
Al lado de su padre
Los únicos hijos de Urdangarin que le han visitado en la cárcel son sus dos vástagos mayores. Juan Valentín, su primogénito, fue a ver a su padre el 6 de julio, apenas dos semanas después de que Iñaki ingresara en prisión. Pero dos días después de él, Pablo acudió a Brieva junto a la infanta Cristina para conocer de primera mano el estado en el que se encontraba su padre.
Pablo Nicolás es, junto a su hermano mayor, el que más está sufriendo con la situación del exduque de Palma, ya que son los únicos que han visto preso in situ a su progenitor. Y es que Iñaki fue un ejemplo a seguir para su segundo hijo durante su adolescencia, al menos en el campo deportivo; algo que ha quedado empañado con la sentencia carcelaria pero que en el terreno del amor fraternal no parece haber menguado pese a todo.
[Más información: Cristina vuelve a Zarzuela y posa con su hermano y Letizia por el cumpleaños de la reina Sofía]