Mette-Marit de Noruega (45 años), esposa del príncipe heredero Haakon (45), reapareció este lunes en la gala de entrega de los premios Nobel de la Paz, su primer acto público tras conocerse que padece fibrosis pulmonar crónica. Una ceremonia extremadamente emotiva que incluso hizo llorar a la princesa que se tuvo que secar las lágrimas con un pañuelo.
La noruega apareció visiblemente conmovida cuando vio a la ex esclava sexual del ISIS, Nadia Murad, y al dr. Denis Mukwege recoger su premio conjunto por su lucha contra la violencia sexual utilizada como armas en la guerra y los conflictos armados.
El congoleño fue galardonado por ayudar a las damnificadas del conflicto bélico en su país, y la iraquí, por su condición de víctima y por denunciar públicamente los abusos. "Los responsables de violencia sexual contra los yazidíes y otras mujeres y niños deben ser perseguidos. Sin justicia, ese genocidio se repetirá contra nosotros y otras comunidades vulnerables", dijo Murad, perteneciente a esa minoría religiosa kurda y que fue secuestrada por el Estado Islámico (EI).
Desde que la Casa Real Noruega emitió un comunicado desvelando la enfermedad que padece la princesa, Mette-Marit ha estado alejada de la agenda oficial.
"He estado luchando con problemas de salud desde hace algunos años. En los últimos tiempos, las crisis han sido más pronunciadas. Esto significa que hemos pasado por un proceso bastante largo para conocer más sobre lo que padezco. Ahora empezamos a obtener algunas respuestas", explicaba el documento.
En el mismo comunicado se destaca que "resulta que la enfermedad es más crónica de lo que esperábamos, pero con este descubrimiento médico algunas piezas empiezan a encajar, lo que también supone un gran alivio para mí".
Y continúa: "Creo que la vida se trata, en cierta medida, de aprender a vivir con inseguridad e incertidumbre. También lo será para mí. Tengo que aprender a vivir con la incertidumbre. Pero soy muy optimista y muy feliz por tener personas tan talentosas a mi alrededor. Elijo informar sobre esto ahora, entre otras cosas, porque en el futuro será necesario tener períodos sin programas oficiales".
Según las palabras del profesor Kristian Bjøro, el médico de la princesa heredera: "La fibrosis pulmonar es una afección en la que el tejido pulmonar normal es reemplazado por tejido conectivo. El tipo que ella padece es muy inusual". Es decir, no hay cura para esta enfermedad. Razón por la que la Familia Real decidió que el mejor tratamiento para la princesa sería limitar su actividad y mejorar su calidad de vida, apartada de la ajetreada vida social de la monarquía.
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