Este 15 de enero no será como el anterior. Iñaki Urdangarin cumple este martes 51 años privado de libertad, tras las rejas de una celda de una prisión abulense, alejado de su familia y sus seres queridos. Han pasado 211 días desde que ingresase en el módulo especial y solitario de la prisión de mujeres de Brieva para cumplir su condena de cinco años y diez meses de cárcel por el Caso Nóos.
No está siendo fácil. A finales de septiembre, superando sus primeros tres meses privado de libertad, el cuñado del rey Felipe VI (50) manifestó su preocupación por su estado de salud. Según pudo conocer EL ESPAÑOL, Urdangarin solicitó un chequeo médico para controlar que todo estaba en orden. Según la información a la que tuvo acceso este periódico en exclusiva, Iñaki se sometió a un control que concluyó con un diagnóstico más que positivo. El yerno de los reyes eméritos mantenía entonces su salud física y mental intacta y en plena forma.
El día de su cumpleaños será como otro cualquiera. Dentro de su módulo de aislamiento, adaptado para él -su último 'inquilino' fue el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán en 2005- cuenta con una cinta de correr, una bicicleta estática y unas espalderas, que fueron instaladas a decisión del Ministerio de Interior. Hará deporte como todos los días y dará vueltas por el patio de 7 metros de largo por 25 de ancho donde suele salir en sus ratos libres.
Cuando no practica deporte, ve la televisión. La pequeña pantalla se ha convertido en su mayor compañera de horas muertas desde aquel lunes 18 de junio cuando firmó su ingreso. Aunque los programas e informativos -que es lo que más consume- tienen una gran competencia: los pimientos y los tomates. El exduque de Palma cultiva varios vegetales en amplios maceteros que tiene repartidos por su patio particular. Trabaja la tierra con sus manos y utiliza las mismas herramientas que usó Roldán en su estancia en ese módulo.
Además, para soportar mejor el tiempo en soledad se encomienda a la fe y a la escritura. Tras cultivar su cuerpo y sus verduras, también ejercita su mente con ratos de reflexiones. Y escribe sin parar. Su redacción es tan fluida y constante que se cree que podría estar escribiendo sus memorias para aprovechar la estancia solitaria en la cárcel.
Iñaki Urdangarin y sus visitas
Aunque si hay algo que realmente le hace olvidar la adversa circunstancia ante la que se encuentra, eso son las visitas de sus familiares. Las entradas y salidas de la cárcel para ver a Iñaki han sido incesantes y mediáticas, especialmente las del primer mes.
En sus primeros 30 días, el exjugador de balonmano recibió nueve visitas: su madre, Claire Liebaert (83) fue la primera. Le siguió su esposa, la infanta Cristina (53), sus hermanas, Ana y Laura Urdangarin, acompañadas de sus cuñados, sus hijos e incluso la infanta Elena (54). En los vis a vis, Urdangarin, como el resto de presos de España, dispone de hasta tres horas para compartir momentos íntimos con sus familiares.
Su primera Navidad entre rejas: un menú poco 'real'
El marido de la infanta Cristina está viviendo sus primeras veces en prisión. Este será su primer cumpleaños y estas han sido sus primera navidades. Según recogió Semana, Urdangarin cenó cuatro langostinos, tres lonchas de lomo embuchado, otras tres de chorizo ibérico y una cuña de queso como entrantes. De primer plato, un consomé al Jerez y de segundo, paletilla de cordero con una ensalada a base de escarola. Todo acompañado con sidra y, como postre, dulces navideños y mousse.
A la mañana siguiente, desayunó chocolate con churros y pan con mantequilla y mermelada. Para el almuerzo de Navidad, un primer plato de verduras rebozadas acompañadas de rollitos de primavera y como segundo plato un entrecot con ensalada. De postre, dulces de Navidad y fruta.
Su primer permiso: diciembre de 2019
Por el momento, Urdangarin deberá esperar, como mínimo, hasta diciembre de 2019 para obtener su primer permiso penitenciario. 17 meses desde junio de 2018. Un cuarto de la pena completa. 570 días de los cuales aún siquiera ha superado el umbral de su ecuador. Una condena cuesta arriba en la que vuelve a tachar una fecha especial en su calendario personal: el día de su cumpleaños, donde no recibirá más privilegios, visitas o llamadas; donde la vinculación real no cuenta y donde la sangre azul es tan roja como la del resto de presos.
[Más información: Cristina, fotografiada por primera vez visitando a Urdangarin en la cárcel]