Lleva toda su vida dedicada a la ostentación más glamurosa, creando la Asociación Española de Lujo, y es precisamente en uno de los eventos de la organización donde Beatriz de Orleans (77 años) ha querido hablar con la prensa y tocar temas tan actuales y mediáticos como el auge de los llamados influencers o lo que realmente piensa una mujer de su estirpe de la reina Letizia (46).
La aristócrata reflexiona sobre el lujo y nuestra sociedad, criticando incluso el poder excesivo que han tomado las redes sociales. También se sincera sobre su faceta como abuela y defiende el estilo de Ivana Trump (70). Pero sobre todo, Beatriz amenaza con el humor que le caracteriza de lo que pasaría si escribiese el libro sobre su vida.
Beatriz, cuéntenos este proyecto tan bonito que lleva a cabo desde hace años donde intenta que todos conozcamos los datos del lujo.
Empezamos la Asociación Española de Lujo hace 6 años. El lujo es la excelencia, no hace falta que sea una joya de Cartier, pero un producto bien hecho es lujo. Con lo cual en España hay un montón de empresas pequeñas, medianas, que realmente son lujo. La meta era ayudaros dentro de España con comunicación, difusión y calidad. Luego otra meta es que nos conozcan las empresas fueran. Muchas veces lo que pasa es que son empresas excelentes pero niches, artesanos. Lo estamos consiguiendo. Si te quedas en España no tienes futuro. Tenemos belleza, moda, marroquinería y hacemos viajes por todo el mundo. El mes pasado estuvimos en París, Londres, México y vamos a Austria.
¿Qué entiende usted por lujo?
El lujo está muy criticado. El lujo va fenomenal, sigue fenomenal... el lujo es la excelencia de un producto. Una miel, un queso, aceite, un zapato, un traje, siempre y cuando sea excelente. El lujo es sinónimo de excelente. Tienes un abanico enorme de productos que pueden ser excelentes. El lujo no es siempre dinero, eso es un cuento chino. Hay gente en España que lo capta, que es una sensibilidad. No es lo mismo tener un traje de seda impecable bien cortado que un traje que compras en los chinos. Eso requiere cultura.
La vamos a tener que poner de embajadora Marca España.
No, pero mira, España no tenía Asociación Española el Lujo. Así que dije, voy a montar esto y luego ya montado, me voy a quedar un poco más y lo dejo a los españoles. Lógicamente es un español quien tiene que ser el presidente. Lo bueno es que nadie me puede criticar, porque ya no pertenezco a ninguna firma. No soy española. Estoy libre. Hemos empezado, ahora tenemos a Cristina, que es una magnifica presidenta y ejecutiva, y está en excelente camino.
Se ha guardado muchísimos secretos, ¿se animaría a escribir un libro?
Sería un best-seller. Hay tantas cosas que contar, que no se puede hacer, porque la gente vive y contarlo sin sal y pimienta es aburridísimo. Si lo contara con todo lo que he vivido, sería un best-seller, desde luego, pero no lo puedo hacer.
Vivimos en una sociedad en la que hay mucho influencer, ¿cómo ve usted está sociedad?
Hay de todo. Hay algunos que no saben nada, y otros que son buenos, que tienen el feeling. El lujo no se aprende, se capta. Algunos son patéticos y otros muy buenos. Va a seguir siempre. El lujo nunca se va a morir.
¿Se sigue acordando de Dior?
Claro. Voy a las colecciones. Yo leo toda la prensa de moda. Es como parte de mi personaje.
Y hablando de la gente que lo hace bien y gente que lo hace mal... ¿tiene una favorita?
No, nada en particular. Las leo mucho pero no estoy fascinada con ninguna. Yo creo que todas estas periodistas de moda o influencer tienen que madurar un poco. Un defecto de la juventud es que juzgan, ¿cómo puede una niña de 22 años juzgar una colección de Dolce&Gabbana o de Dior?
¿Cómo ve a la reina Letizia?
Nunca hago ningún comentario. La quiero muchísimo, la admiro mucho. La quiero en todo.
Hace unos años tomó la decisión de irse a casa de Dani San Martín.
Estaba buscando un piso y como él sabe mucho, le dije: 'Mira, tengo que dejar este piso y tú que conoces mucha gente, ¿por qué no encuentras a alguien que me alquile un piso?' y él me dijo, 'mira, Beatriz, yo tengo un piso muy grande que lo alquilo, si quieres, vienes'. Como era el mes de junio, dije, mira, tengo todo el verano donde tengo una casa, pongo mis cosas, y ya veremos, y al final estoy tan bien que me he quedado. Como trabajo muchísimo, está fenomenal. Para mi edad, y una persona que viaja, es ideal. Es como un piso grande compartido por cuatro. A veces nos vemos, a veces no. Al principio, todo el mundo me criticó: 'Ay, qué horror, que compartes'. Pues si supieras el número de mujeres de mi edad o más jóvenes que no tienen sus hijos que viven solas, y me dicen: 'Mira, Beatriz, ¿por qué no montamos esto?'. Nunca estas sola, tenemos una organización fantástica. Me parece una solución ideal. Somos como familia, somos cuatro, a veces no nos vemos nunca, y a veces sí, y bajamos todos a cenar donde hay un restaurante buenísimo. Es como una familia.
¿Y luego le da tiempo a ver a sus hijos, familia...?
Sí. Acaba de nacer mi última nieta que tiene tres días, María Amelie, es la número 11 de mis nietos. Unos viven en Estados Unidos, otros en Portugal...
¿De quién es?
Del pequeño, François. Nacido en Palma de Mallorca. Él es paisajista, se instaló en palma hace un año y medio y acaba de tener una niña. Bonito el nombre, María Amelie.
11 nietos, menuda súper abuela.
Es genial, muy divertido porque el mayor tiene 24 años, cest la vie.
Una cosa, estuvo en Estados Unidos, cuéntenos.
Estuve en una universidad americana, soy como profesora. Hago los programas de una universidad sobre la comunicación para los productos de lujo. Es que no se vende una lata de Coca-cola como se vende un bolso. Esto es un detalle que los americanos no captan como nosotros los europeos. Nosotros tenemos creatividad y captamos el lujo, en ellos no es innato. Es muy curioso.
¿Quién cree que trasmite más el lujo, las actrices de Hollywood o Michelle Obama o Ivana Trump?
Ivana va ideal, otra es más folclórica y... para mí el lujo es la elegancia. La elegancia se forma poco a poco. No eres elegante a los 18 años. Es estar seguro de sí mismo, en la moda hay una mezcla de elegancia y sencillez. Puedes tener todo el dinero del mundo, pero si luego vas pintada o vestida como un árbol de Navidad, pues mira, no eres elegante. Esto es un concepto que a los americanos hay que intentar trasmitírselo. A Ivana todo el mundo la crítica, pero es elegante.
Usted dice que una mujer no tiene edad...
Además es una vulgaridad preguntarlo. Hace muchos años que no me acuerdo cuántos años tengo. Lo importante es estar bien, feliz en la vida y equilibrada.
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