El nacimiento del primer hijo de Meghan Markle (37 años) y Harry de Inglaterra (34) ha supuesto una auténtica revolución, acaparando la atención de los medios de comunicación de toda la prensa internacional. Y es que los duques de Sussex no dejan de sorprender con las decisiones que toman respecto a la llegada de su primer primogénito.
La última ha sido la de que el niño prescinda del titulo nobiliario, intentando que tenga una vida y un trato de lo más normal a pesar de ser el séptimo sucesor al trono de la corona británica.
Tampoco llevara Sussex como su apellido, eligiendo uno compuesto, que la Reina y el duque de Edimburgo (97) dieron a sus descendientes directos y que usa su familia sin título de príncipe ni tratamiento de Alteza Real, como es el caso de los hijos del príncipe Eduardo y la princesa Ana.
Un gesto más que demuestra que tanto Harry como Meghan quieren criar a su hijo en más absoluta normalidad y sin las obligaciones que lleva ser un príncipe. Eso sí, su título puede cambiar cuando el príncipe Carlos herede el trono, pasando a ser el príncipe Archie.
Y es que después de presentarlo ante los medios con un posado de lo más emotivo en el Castillo Windsor, Harry y Meghan desvelaron el nombre del recién nacido: Archie Harrison Mountbatten-Windsor. Un nombre sin precedentes en la realeza británica y con el que han sorprendido a gran parte del país, intentando así unir Reino Unido con América.
Pero lo que más ha sorprendido es que su nombre no esté precedido de un titulo nobiliario, y es que aunque se sabía que no será príncipe, titulo reservado para los hijos del primogénito del Príncipe de Gales, se esperaba que al haber nacido varón su padre le cediese uno de los títulos subsidiarios con los que le obsequió la reina Isabel II (93) tras su boda con Meghan, concretamente el de conde de Dumbarton. Pero el niño será conocido solamente como Master Archie.
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