El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria ha concedido a Iñaki Urdangarin (51 años) el permiso para salir dos días a la semana de la cárcel para hacer voluntariado. Con esta autorización, el marido de la infanta Cristina (54) trabajará durante ocho horas en una institución que no se ha dado a conocer, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
Así, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León ha dado la razón al exjugador de Balonmano, que había recurrido la decisión del Ministerio Fiscal que le negó el derecho a realizar salidas para llevar a cabo un programa de atención especializada fuera del Centro Penitenciario de Ávila, donde cumple condena desde el 18 de junio de 2018.
El juez explica en su decisión que la elección del régimen de vida, es decir, la forma de cumplir la pena de prisión, no está sujeta a la voluntad de los internos ya que viene regulada en la Legislación penitenciaria y es impuesta de forma imperativa por la Administración por lo que su incumplimiento es objeto de sanción.
En este sentido, recuerda que la "situación de aislamiento" como forma de cumplimiento en la que se encuentra Iñaki Urdangarin no es fruto de su elección sino decisión de la autoridad penitenciaria. No obstante, aboga por articular medidas para evitar esa "desocialización" que comporta la soledad.
Estos permisos para hacer voluntariado supondrán la primera salida de Urdangarin desde que entrara en prisión hace más de un año. En todo este tiempo, el exjugador de Balonmano ha permanecido aislado en la cárcel de Brieva, en un régimen que ha terminado haciendo mella en su salud.
Tanto ha sido su cambio físico que la propia la infanta Cristina encontró a Iñaki muy desmejorado, flojo de ánimo y se dio cuenta de que había perdido mucho peso durante su última visita. "No sé cuánto ha podido perder porque yo no lo he visto, pero Cristina salió muy preocupada de la prisión", ha confesado a EL ESPAÑOL una amiga íntima de la aristócrata.
Fue tal la impresión de la infanta Cristina tras ver a Iñaki Urdangarin que incluso le afectó a la salud. "Le pidió al chófer que acelerara porque empezaba a encontrarse fatal. Estaban pasando el puente de Guadarrama así que decidieron llegar hasta El Pardo para que la vieran allí los médicos de la Casa. Al final, se quedó en un susto, un ataque de ansiedad, aunque ella llegó a pensar que se trataba de un infarto", confiesa la misma persona informante.
"El estado de nervios de la hija menor del Rey Emérito (81) era tal que tras llegar a Zarzuela, en vez de marcharse ese mismo día a última a Ginebra, donde tiene su residencia, decidió quedarse, por consejo médico, hasta el martes siguiente. Sus dos hijos menores, Miguel e Irene, permanecieron a su lado. Fue entonces cuando su madre Sofía, que vive con angustia el estado de su hija, le pidió que se quedara una larga temporada en Madrid, a lo que ella se negó de forma rotunda. El martes por la mañana voló rumbo a Suiza", explican fuentes cercanas a la infanta a este medio.
Otra fuente de Zarzuela explicó a este medio que "su físico ha quedado marcado para siempre. Es un hombre consumido, más delgado. La soledad es muy dura". "Estar solo todo el día durante 12 meses es algo que no te puedes imaginar hasta que lo vives", añade.
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