Arranca el primero de los tres días grandes de la princesa Leonor de Borbón (13 años) en el Principado de Asturias. A las 17 horas en punto de la tarde, con puntualidad propia de la Gran Bretaña, la Familia Real al completo ha sido recibida en la Plaza Alfonso II el Casto en Oviedo. La primogénita de los Reyes, Felipe VI (51) y Letizia (47), ha sido acogida con honores de princesa de Asturias y heredera al trono de España ante las autoridades y el fragoroso pueblo.
Al llegar a la plaza de la Catedral, la Familia Real se ha dividido en dos grupos para saludar a los ovetenses que se han acercado hasta allí para verlos. Por un lado, la reina Letizia, feliz, exultante y sonriente como nunca, junto a su hija mayor Leonor. Por otra parte, el rey Felipe con la infanta Sofía. Ambos han permanecido algo menos tiempo dando la mano a los presentes. Por ello, se han visto forzados a esperar más tiempo de la cuenta a Letizia y Leonor (que seguían haciéndose selfies) para llevar a cabo la primera foto oficial.
Este acto marca definitivamente el inicio del primer día de la visita de la familia de Borbón y Ortiz a Asturias con motivo de la entrega de los premios Princesa de Asturias. Galardones que por primera vez en su historia van a estar presididos por Leonor de Borbón, quien además concederá su primer discurso en público.
Para la ocasión, la reina Letizia ha recuperado de su armario un vestido color gris de cuello estilo blazer, con silueta wrap manga francesa y falda midi, que estrenó a principios de año en la inauguración de la exposición Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición en diciembre. Poco después, volvió a seleccionarlo para viajar desde Madrid a Rabat en su primer viaje de Estado junto al rey Felipe este año. En sus pies, stilettos de Magrit de tacón en efecto cocodrilo en rojo, rompiendo la estética del look y aportando un toque de color al gris del vestido. Como joyas, unos discretos pendientes de eslabones engarzados de distintos tamaños y su clásico anillo dorado de Karen Hallam.
Las infantas, Leonor y Sofía, han confirmado con este acto lo que pareció un preludio el pasado 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Ambas infantas han repetido el estilismo capilar de melena suelta, como de costumbre, aunque con algo diferente: ondulaciones en el pelo que le aportan juventud, frescura y con las que cierran su etapa infantil para adentrarse en la nueva era preadolescente.
La princesa de Asturias ha lucido un vestido blanco, el contracolor de la bandera de Asturias, con un abrigo de tweed con rayas de diferentes tamaños y colores que bailaban entre el naranja, el verde, el azul y el blanco. Por su parte, la infanta Sofía ha optado por no llevar prenda de abrigo y ha seleccionado un vestido de un color llamativo y que destaca por encima del resto de la familia: coral.
En sus pies, la infanta Sofía ha lucido unos zapatos de la firma Pretty Ballerinas (139 euros). Se trata del modelo Tabitha, uno de los diseños más icónicos de la marca y que Sofía ya lució el pasado 12 de octubre. Son unas bailarinas en piel, de punta fina y tacón de 1'5 centímetros, elaboradas con napa suave en rosa maquillaje. A la salida de la Catedral, el Coro de la Fundación Princesa de Asturias ha entonado el himno de Asturias, mientras que la familia al completo volvía a saludar a los ovetenses. Cabe destacar que el rey Felipe ha saludado a los niños chocando la palma de su mano, de una forma mucho más plebeya y mundana que protocolaria y real.
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