El príncipe heredero Federico de Dinamarca (51 años) ha sido operado tras sufrir un accidente mientras esquiaba en Suiza, un gran susto que le ha ocasionado una lesión en el hombro. Así lo ha explicado la propia Casa Real danesa en un comunicado publicado en su página web.
"Su Alteza Real el Príncipe Heredero sufrió una lesión menor en el hombro izquierdo la semana pasada cuando estaba esquiando en Suiza. Por lo tanto, el Príncipe Heredero ha sido examinado y tratado de forma ambulatoria en el Rigshospitalet en Copenhague", han explicado.
"El tratamiento consistió en una operación sin complicaciones, que se realizó según el plan. La lesión en el hombro no afecta el programa oficial del Príncipe Heredero", han añadido.
No es la primera vez que la salud del heredero danés se resiente y tiene que pasar por quirófano por una lesión. El año pasado, mientras estaba esquiando, tuvo que ser operado tras romperse el ligamento cruzado; un año antes, tuvo que ser intervenido por una hernia discal; y en 2016, se fracturó una vértebra cervical cuando saltaba desde un trampolín.
Además, en 2009, sufrió una fisura en el peroné tras saltar de un trampolín cuando disfrutaba de unas vacaciones familiares en los Alpes Suizos; y tuvo que ser operado en el Hospital del Reino de Copenhague.
Estancia polémica en Suiza
Federico y Mary de Dinamarca viven actualmente en Suiza con sus cuatro hijos, el príncipe Christian, la princesa Isabella, el príncipe Vicente y la princesa Josephine; por los estudios de los pequeños, que desde hace varios meses están matriculados en el famoso internado Lemania-Verbier International School.
Una estancia que no ha estado exenta de polémica, ya que hace poco se descubrió que la Familia Real posee una lujosa cabaña de montaña en el país alpino de la que el gobierno danés no tenía constancia.
Según desvelaron varios medios de comunicación daneses en enero de este año, el matrimonio adquirió este refugio alpino ubicado en el pueblo montañoso de Verbier hace diez años pagando más de diez millones de coronas danesas (casi un millón y medio de euros) que obtuvieron, al parecer, con dinero procedente de sus propios ahorros.
Posteriormente también se supo que el príncipe heredero había alquilado la propiedad cuando no vivían en ella, un detalle que daba a entender que el matrimonio podría haber ganado dinero con esta operación. La prensa danesa no tardó en criticar este hecho ya que en Dinamarca rechazan por completo este tipo de conductas y que la pareja pudiera haberse lucrado con el alquiler de este chalet, pues se considera que los miembros de la Familia Real no deberían de hacer negocios cuando ya reciben una asignación pública libre de impuestos.
Algo que Lene Balleby, jefa de comunicaciones de la Casa Real, negó. "El dinero que obtuvieron al alquilar la casa se ha utilizado para asegurar la operación, el mantenimiento y, por supuesto, para pagar el préstamo", aseguró en enero.
La cabaña en cuestión está cubierta con vigas de abetos, cuenta con una buena estructura y un aislamiento que la protege de las bajas temperaturas propias de los Alpes.
El chalet es perfecto para alojar a miembros de la Familia Real, y su respectivo personal, ya que dispone de varias habitaciones, amplios salones, multitud de plazas de aparcamiento y de una impresionante terraza desde la que se divisan las montañas suizas.
Una residencia ideal que se ha convertido en su hogar durante las doce semanas que dura la estancia de los pequeños en el internado. El colegio privado cuesta entre 13.000 y 17.000 euros por estudiante, por lo que el matrimonio habría desembolsado cerca de 68.000 euros por los cuatro. Cuando terminen sus estudios en el centro, todos regresarán a Copenhague, donde continuarán su formación en la Tranegårdsskolen, en la localidad de Gentofte.
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