Isabel II (93 años) ha abandonado su residencia oficial, el palacio de Buckingham, para refugiarse en el castillo de Windsor ante el miedo de sus asesores a un posible contagio de coronavirus o COVID-19. Según ha informado The Sun, el equipo que rodea a la soberana ha tomado esta decisión como una medida de seguridad dado su avanzado estado de edad.
"Ella goza de buena salud, pero se pensó que era mejor moverla. Gran parte de su personal tiene un poco de pánico por el coronavirus", ha explicado una fuente cercana a Buckingham.
"El Palacio alberga un flujo constante de visitantes, incluidos políticos y dignatarios de todo el mundo", ha añadido, "la Reina ha recibido a mucha gente, pero a pocas semanas de cumplir los 94 años los asesores creen que lo mejor es evitar el peligro".
La decisión de trasladarla al castillo de Windsor se debe también a que en esa residencia la monarca necesita de un menor personal. "El palacio de Buckingham está en el centro de Londres y también tiene un personal más grande que otras propiedades, por lo que se considera un lugar mucho más peligroso", ha afirmado la misma fuente al tabloide británico.
Sin embargo, en todo momento se ha querido dejar claro que es una medida preventiva, y que por el momento "no ha habido sustos específico o pruebas positivas". Se ha realizado este cambio porque "nadie quiere arriesgarse", pues a punto de cumplir 94 años la Reina se encuentra dentro de la población de riesgo del coronavirus.
Este traslado de residencia no ha impedido que la soberana continúe con sus compromisos personales habituales, y este mismo domingo ha sido fotografiada asistiendo a un servicio religioso celebrado en la Capilla Real de Todos los Santos de Windsor. Isabel II ha llegado a bordo de un vehículo, luciendo un traje de color azul celeste con remates en el cuello en color negro; a juego con un sombrero.
Una visita a la Iglesia con la que ha desavenido los consejos del Secretario de Salud del Gobierno británico, que pidió a las personas mayores de 70 años que se autoaislaran en sus residencias, aunque no tuvieran síntomas, en un intento por detenerla propagación de la enfermedad y proteger así a los miembros más vulnerables de la sociedad.
Se suspenden sus actos
Esta decisión coincide con el anuncio de que la Reina de Inglaterra ha cancelado sus actos por "precaución" ante el coronavirus. Según explicó el palacio de Buckingham en un comunicado, habría cambios en los "compromisos de la monarca en las próximas semanas" y el resto de eventos serían "revisados de forma continua de acuerdo con los consejos apropiados".
La Reina no es la única que ha tenido que suspender su agenda oficial a causa de la enfermedad. La semana pasada también se desveló que el príncipe Carlos (71), heredero al trono, y su esposa Camilla (72), a petición del Gobierno, habían cancelado la gira que tenían prevista entre el 17 y el 25 de marzo por Bosnia, Chipre y Jordania.
"Debido a la situación que se ha desarrollado con la pandemia de coronavirus, el Gobierno británico ha pedido a sus altezas reales que pospongan su gira de primavera", aseguró un portavoz de la pareja real.
En los actos en los que sí vayan a estar presentes, y por motivos de seguridad e higiene, la Familia Real ha decidido cambiar su saludo tradicional, y en vez de dar la mano Carlos hace el saludo hindú "namaste", Harry (35) ha efectuado algún "choque de codos" e Isabel II, como es habitual, ha lucido guantes en sus actos públicos.
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